Alberto Fernández regresó al país tras su gira por Europa
El Presidente arribó acompañado por la Primera Dama y parte del gabinete. Cabandié y Kulfas se quedaron en la ciudad escocesa. Guzmán y Béliz siguen en Roma para cerrar el acuerdo de la deuda con el FMI.
Alberto Fernández regresó al país tras su gira por Europa
Miércoles 3.11.2021
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Última actualización 11:20
El vuelo AR 1099 de Aerolíneas Argentinas había despegado cerca de las 16:00 hora argentina desde Glasgow, donde se desarrolló la Cumbre de Líderes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26): aterrizó a las 6:12 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza "Ministro Pistarini".
En la sesión plenaria de ese cónclave, el jefe de Estado subrayó el compromiso del país a poner en el centro de la agenda la transición energético y la lucha contra el calentamiento global.
Allí insistió en la necesidad de destinar los Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional a los países de bajos ingresos y renta media para crear un fondo vinculado a proyectos ambientales contra el cambio climático, en el marco de un "pacto de solidaridad internacional" que incluya "extender los plazos de las deudas y la aplicación de menores tasas".
En su presentación, Fernández firmó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y su Acuerdo de París.
Sin embargo, la prioridad del mandatario y su comitiva durante la gira en Roma y Glascow tuvo que ver generar contactos de alto nivel para propiciar mejores condiciones para la reestructuración de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, tanto en plazos como en pago de intereses.
En este sentido, el mandatario se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y si bien no hubo avances concretos en la negociación, al menos sirvió para aflojar tensiones luego de una serie de discursos en tono crítico por parte del propio Presidente y de su ministro de Economía, Martín Guzmán.
Al exponer en el evento denominado "Lanzamiento del compromiso global de metano", que estuvo coordinado por el presidente de Estados Unidos, Jose Biden, Alberto Fernández dio a conocer su postura sobre la situación de la deuda del país con el FMI, tal cual lo había hecho en Roma durante su intervención en el G-20.
"Es necesario que las deudas a pagar sean sostenibles para garantizar una recuperación económica sólida y con inclusión social", reclamó y parafraseando al papa Francisco pidió construir "juntos la globalización de la solidaridad, para que no triunfe lo que triunfó hasta aquí, la globalización de la indiferencia".
El mandatario recordó que la Argentina está "renegociando un préstamo" por 57 mil millones de dólares, "una suma mayor a la que el FMI destinó para todos los países del mundo para combatir la pandemia y que significa la mitad del presupuesto que el mundo comprometió para atender al cambio climático y que aún permanece incumplido".
Además, el jefe de Estado aseguró que el país está dispuesto "a vincular parte de su pago a las imprescindibles inversiones en infraestructura verde".
El Presidente agradeció "el esfuerzo de la comunidad internacional por la histórica emisión de Derechos Especiales de Giro (DEG) desde el FMI con el propósito de superar los efectos de la pandemia".
"Necesitamos también de la atención y sensibilidad de esa misma comunidad para superar el obstáculo que la Argentina tiene en materia de endeudamiento externo con el FMI. Hacerlo de modo exitoso, nos permitirá acelerar nuestra transición climática", concluyó.
En cuanto a la acción ambiental, el Gobierno logró en Roma el compromiso de una inversión millonaria por parte del empresario australiano Andrew Forrest, presidente de Fortescue Future Industries (FFI) por 8.400 millones de dólares en proyectos vinculados al hidrógeno verde en la provincia de Río Negro.
Dicha inversión supondría la creación de más de 15.000 empleos directos y entre 40 y 50.000 indirectos.
En el tramo final de la campaña, el Gobierno enfocará su acción en fidelizar al electorado considerado como propio, luego de advertir que en las PASO hubo una fuga de votos hacia la izquierda, que quedó posicionada como tercera fuerza a nivel nacional.
La idea es al menos achicar la diferencia que Juntos por el Cambio obtuvo en las primarias por sobre el Frente de Todos.