Por Rubén Osvaldo Chiappero (*)
Hacia los 450 años de la fundación de Santa Fe
Por Rubén Osvaldo Chiappero (*)
Santa Fe La Vieja, en su materialidad, se determinó gradualmente como sucede en todas las circunstancias en que el hombre se yergue sobre la tierra en actitud fundante. La ciudad creció como un organismo vivo donde las condicionantes internas y externas produjeron una cualidad espacial única. La traza, la cuadrícula, sirvió de base en el orden y el reparto. Y luego, la adaptación al clima, la topografía y los recursos disponibles fueron los parámetros de evolución de la incipiente ciudad. Casi ochenta años subsistió el poblado en el sitio fundacional y tuvo un largo pasaje entre la primera empalizada, la traza desnuda y la ciudad construida. Desde los cimientos que subsisten en el primitivo emplazamiento está la posibilidad de reconstruir el espacio urbano de Santa Fe colonial.
Agustín Zapata Gollán recrea el día de la fundación y aporta los datos para concretizar la idea de aquel espacio exterior diciendo: "Dentro de la empalizada de palo a pique, levantada al borde de la barranca del río de los Quiloazas, el escribano Pedro de Espinosa, lee el acta de la fundación, (...), mientras a su alrededor se aprieta un ruedo de capitanes y soldados como en las escenas celebradas en los viejos romances de cristianos y moros". Y ubica la presencia de aborígenes que asistieron para formar el contorno de palos a los iniciales ranchos de paja.
Santa Fe se mantuvo entre dificultades alrededor del cuadrado de la plaza de armas, un espacio cargado de significados. Allí se había ubicado el rollo que señalaba la autoridad real en la fundación como también las angustias de los primeros motines. Los ranchos iban siendo reemplazados por muros de tapia y techumbres de tejas, cuando era posible su costeo. El espacio exterior estaba configurado ya en la precariedad inicial. Para darnos una idea de cómo fue aquel espacio, bastará recurrir a los grabados de Ulrico Schmidt que recrean el ataque de indios timbúes al fuerte Sancti Spiritus (primer establecimiento español en las riberas del Paraná) y de Buenos Aires en épocas del fuerte establecido por Pedro de Mendoza. Lo más importante radica en comprender esta arquitectura espontánea como antecedente urgente de la ciudad y su espacialidad que manifiesta la intención humana de planificar, en primera instancia, la conformación de los límites y luego el orden hacia el interior. Santa Fe contaba así con la doble condicionante: la ciudad "ideal", la del damero dibujado sobre un pergamino y el apremio por el abrigo y la protección de los elementos.
La definición espacial estaba en marcha. Se poseían los recursos para satisfacer la necesidad más importante de establecer un orden y un sistema. En una organización de sociedad nada mejor que establecer los límites espaciales entre lo que es propio del hombre y lo que pertenece al medio geográfico en el cual desea insertarse. La manifestación construida desde su determinación conceptual del espacio, creó el medio formal, la morfología urbana. El espacio estaba presente ya en la manera de expresar la estruc¬tura de la ciudad. La plaza poseía su definido espacio desde el momento en que Garay ordenó sea acompañado a ella para plantar el rollo de justicia. A los vecinos se les asignaba "su estar en el mundo" y la iglesia era un "hito" en la organización espacial.
Resulta muy interesante el análisis del espacio urbano de Santa Fe La Vieja. Su diseño fue, a las claras empírico e intuitivo pues presenta un tipo constructivo predominante: la regularidad geométrica del rectángulo como límite entre lo natural y lo construido. Esta tipología, donde lo funcional se resuelve por agregación de unidades en las viviendas, y lo formal aparece en ajustada respuesta a los recursos disponibles, ofrece una amplia libertad de adaptación, sobradamente demostrada en Santa Fe La Vieja. Las tres iglesias subsistentes (San Francisco, Santo Domingo y La Merced) y el Cabildo en poco difieren de la tipología residencial. Sólo una cuestión de tamaño y uso establece una jerarquía preponderante, subyaciendo una unidad incólume. La diversidad formal es dable de observar en detalles y la unidad tipológica es contundente.
De esta forma, la relación llenos-vacíos entendida como extensión de la trama urbana -espacio exterior- en relación a lo edificado -espacio interior-, responde al carácter pragmático de la ocupación territorial urbana. Cada segmento edificado surgió en el contexto de la mutua interrelación y el espacio urbano en Santa Fe la Vieja distaba mucho de lo imaginado como ciudad. Bloques aislados en cada solar semejan elementales piezas del tablero de ajedrez, apenas subordinados a los volúmenes esquineros de las iglesias. Aparece como una discontinuidad aquello que debería ser el paisaje urbano, la sumatoria de cada construcción distanciada unos cincuenta metros, o menos, de las otras. La ciudad fue "vista" y "pensada" como una contigüidad mucho tiempo después de su generación. Se dio el fenómeno radical de la ciudad de existencia virtual antes de la existencia "construida". Pero esa virtualidad es presencia concreta y efectiva para la Corona y los habitantes. Un conjunto de edificios aislados conformaba jurídicamente una ciudad a pesar del bajo porcentaje de población y ocupación efectiva del suelo urbano.
Al tiempo del abandono del sitio fundacional, Santa Fe contaba con buenas construcciones de tapia y techo de tejas o paja. Con la parsimonia propia de aquellos tiempos donde el esfuerzo humano debía resolver casi todas las alternativas, los primeros ranchos de paja cedieron paso a las tapias desde los primeros tiempos. Aunque conocido y siempre citado, pasible de diversas lecturas, traemos aquí la referencia del poema "Argentina" del arcediano Martín del Barco Centenera quien describió a Santa Fe en estos versos: "Estaba la ciudad edificada/ Encima la barranca, sobre el río;/ De tapias no muy altas rodeada/ Segura de la fuerza del gentío,/ De mancebos está fortificada/ Procura el indio de ellas, el desvío".
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y desde el Centro de Estudios Hispanoamericanos.