Falta luz y caos en Av. Gral. Paz
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Falta luz y caos en Av. Gral. Paz
LEONARDO
"Este mensaje es para los nuevos concejales electos: hace ya un tiempo, la actual gestión municipal cambió la iluminación de toda avenida Gral. Paz por luces led. Ahora, ante el descontrol municipal, en dos intersecciones: Gral. Paz y Pedro Zenteno, Gral. Paz y Salvador del Carril se omitió el cambio de focos en columnas altas de 3 brazos cada una y en algunos colgantes. Esto significa que en esas esquinas no hay luz desde hace muchísimo tiempo. Inútiles han sido las gestiones de la vecindad para lograr su reposición. Los responsables de la iluminación de la ciudad ¿no controlan? Otro tema en la zona es el descontrol respecto del mal estacionamiento, entorpeciendo el tránsito. Los grandes ausentes son los inspectores de tránsito municipales. Esta avenida es un caos, nadie respeta nada".
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Confusión
ANTIGUO LECTOR
"Decir ganamos perdiendo. Eso es no decir nada. Acá ganamos o perdemos, pero no se pueden estar mezclando palabras antagónicas. De una vez por todas hay que ser contundente cuando se habla, porque la gente se siente confusa. Muchos creen que ganó el peronismo. Y ellos se encargan de confundir más. Por favor: hablen claro".
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Incidentes y barras
EMILIO
"Quiero referirme a los incidentes que se dieron en la previa del partido de Unión del día jueves en la esquina de Bulevar y 1° de Mayo: nada tuvieron que ver los barra brava. Todo el mundo sabe que la gente que se reúne en esa esquina antes del partido está lejos de pertenecer a las barras. Además, esto no está de ninguna manera vinculado a lo que sucedió dentro de la cancha, donde el problema de las barras ya se presentó en otras ocasiones. Debemos separar lo que pasó afuera de lo que sucedió adentro. Los incidentes en la esquina de Bulevar y 1° de mayo son la consecuencia de una sobreactuación de la policía, que llega al lugar cuando está lleno de gente -como si no se pudiese prever- y empieza a reprimir con balas de goma".
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Una epopeya para levantar la autoestima
ROBERTO R. SÁNCHEZ
"Nadie ignora que por un voto se pierde una elección, por más que la vocera lo minimice dándole el carácter de un empate y su jefe quiera honrar a quienes lo votaron con un acto épico reivindicatorio en Plaza de Mayo convocando a sus acólitos. Sería interesante saber de dónde salen los fondos erogados para solventar semejante movilización. Según ellos, 100.000 individuos, estimando $ 2.500 c/u son $ 250.000.000 millones (que habrá sido el doble). A las fiestas las seguiremos solventando nosotros, los que trabajamos; ustedes en los compromisos que asumen, deberían cuidar las formas de comunicar tan poco condescendientes".
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Llegan cartas
El espíritu de la época
HORACIO RIVARA
"Rebel yell" era el grito que daban los soldados confederados al atacar. La tecnología de la guerra civil norteamericana no permitió grabarlo, así que nadie sabe cómo sonaba y fue olvidado.
Pero para la gente de mi generación, "Rebel yell" es la canción de Billy Idol.
Creo que expresaba muy bien el espíritu de la época. Desconfiábamos, y con mucha razón, de la autoridad. Ante la falacia del falso dilema, dictadura o "democracia", contestábamos libertad. Un anarquismo algo difuso; apolíticos no en el sentido de desinterés, sino de rechazo a toda opresión.
Los más consustanciados se vestían de punks y eran corridos por la policía.
¿Dónde están ahora esos punks? ¿Dónde están los rockeros rebeldes?
En esa época apareció la película "Footloose". Nos parecía entretenida, pero tonta. ¿Quién iba a prohibir bailar? Hoy es clandestino bailar, respirar, abrazar, besar, reunirse, viajar, pensar, disentir, oponerse a ser un ratón de laboratorio.
El espíritu de la época es el miedo, el bozal, la delación, la obediencia y sumisión.
Pero hay otro espíritu que está surgiendo, el que encarnamos nosotros, el espíritu de la resistencia, de la libertad, de la humanidad que vuelve a serlo.
Hace tiempo, un amigo me dijo que la palabra Autoridad había sido corrompida en su significado, que auto significa por sí mismo, o sea darte y reconocer tu propio poder. No dárselo a otros. Que cada uno sea su propia autoridad.
Un lingüista me dijo, en cambio, que la palabra no viene del griego Auto, sino del latín Autor, que significa creador de algo, un libro, una sinfonía, un crimen.
Quizás sea una mezcla de ambos significados, uno debe ser su propio creador, su propio poder.
Hay gente que cree que obedeciendo va a recuperar la libertad. Es lo que le dicen. Al contrario.