Caso de Franco Demarchi: admiten que los detenidos tampoco pueden tener celulares en comisarías
El detonante fue la muerte de un joven de 28 años, engañado y emboscado cuando quiso comprar una moto mediante redes sociales. La persona que pactó la operación es un interno de una comisaría de la ciudad. El ministro Claudio Brilloni no descartó sumarios.
Caso de Franco Demarchi: admiten que los detenidos tampoco pueden tener celulares en comisarías
La audiencia imputativa en el marco de la investigación para esclarecer el asesinato de Franco Demarchi, el joven de 28 años de Santi Spíritu que había viajado a Santa Fe a retirar una moto a través de redes sociales, develó una nueva irregularidad de la estructura policial. Según relató la fiscal Ana Laura Gioria, la persona con la que Franco se contactó y acordó la entrega de una moto Honda Tornado por 1.200.000 pesos, estaba detenida en una dependencia policial. El hombre de 32 años que terminó imputado como partícipe necesario por el delito de homicidio doblemente calificado, estaba preso en la Subcomisaría Sexta de esta ciudad, mientras pactaba la compra falsa con su víctima. Lo hizo, según el relato de la fiscal, a través de una línea que se registra a nombre de la madre pero que poseía el interno en su celda. La situación revela una irregularidad, porque así como la tenencia y uso de celulares está prohibida en las cárceles, también lo está para los detenidos en las comisarías y dependencias policiales. Así lo admitió a El Litoral, el ministro de Seguridad, Claudio Brilloni.
- ¿Está permitido el uso de celulares en dependencias policiales de parte de los reclusos alojados allí?
- No, no está permitido para ninguno de los internos que tengamos en las alcaldías en cualquiera de sus situaciones, ya sean comunicados o incomunicados.
- Por lo tanto, estamos frente a una irregularidad…
- Sí, estamos hablando de una irregularidad por lo que haremos las averiguaciones pertinentes para determinar responsabilidades. Pero esto es también producto o parte de los problemas estructurales que tenemos. Si tenemos sobrepasada la capacidad de las cárceles, también tenemos sobrepasada la capacidad de las alcaidías. En términos prácticos, la persona que es detenida o acusada de un delito tiene, hasta la imputativa, tres días. Después de ese plazo, el interno debería salir de la órbita de la Alcaidía. Esta persona está detenida por varios delitos. El tema es, una vez que pasó la imputativa, ¿a dónde lo llevo, si ya no tengo más lugar? ¡No tengo más lugar! Es un serio problema porque la capacidad carcelaria está agotada. Entonces, nos queda agudizar el ingenio, la creatividad y recargar de trabajo a las comisarías… Los policías en las comisarías cuidan presos; y segundo, hacen un montón de diligencias administrativas producto de un sistema judicial harto complejo, burocrático, pesado y lento. Todo eso también produce este tipo de cosas.
- ¿Cómo se procederá con el personal policial de la sub comisaría sexta?
- Estamos haciendo las averiguaciones pertinentes y si surgen indicios de alguna responsabilidad por acción o inacción, vamos a iniciar un sumario administrativo y hasta si es necesario, una denuncia penal. Pero antes, vamos a sentar las bases haciendo todas las averiguaciones del caso; no vamos a iniciar un sumario de buenas a primeras porque acá hay problemas producto de estas cuestiones estructurales que describo. Cada persona que ingresa a la alcaidía debe ser despojada de todo elemento que pueda causar una lesión, autolesión o que facilite la fuga. Y también se lo despoja de su celular. Una vez por semana se hacen requisas. Pero si algún familiar esconde en sus partes íntimas e ingresa un celular, ahí la cosa se nos complica muchísimo. A veces, tras ser requisadas las visitas, nos interponen hábeas corpus y todo eso va socavando la capacidad de trabajo y de compromiso del policía. Lamentablemente, hechos como estos hicieron que se perdiera la vida de un joven de 28 años.
- Evidentemente, ésa es una de las cosas que tenemos que corregir. Ahí está también el hecho de que las requisas se tienen que hacer con personal de otras unidades, ajeno a la comisaría para darle más transparencia al hecho; y eso no siempre es posible. En este momento, nos tenemos que arreglar con los recursos que tenemos y ser autocríticos. Porque es muy fácil echar la culpa a las anteriores gestiones o a otros actores.
- En función de esa autocrítica, ¿qué cambia o en qué se falló?
- Tenemos cárceles sobrepasadas y un sistema judicial que a veces es lento después de la imputativa; pasa mucho tiempo. Este interno, seguramente, ya debería haber estado en una cárcel. Frente a esto, tenemos que agudizar el ingeniero para hacer más requisas, más frecuentes y más profundas
- Usted dice que va a hacer algunas averiguaciones antes de iniciar un sumario. ¿No cree que es suficiente irregularidad que un preso haya tenido un teléfono para seguir delinquiendo desde su celda?
- El tema es de quién fue la responsabilidad. Por eso vamos a hacer todas las averiguaciones previas como para decidir en el curso de la próxima semana, si vamos a iniciar un sumario.