Las elecciones primarias rigen desde diciembre de 2009, a partir de la sanción de la Ley 26.571; empezaron a utilizarse en los comicios de 2011 y se aplican para los cargos electivos nacionales.
El sistema fue creado para dar más participación al grueso del electorado en el mecanismo de selección de candidatos, y también para depurar la oferta electoral en las generales. Cómo influyeron en las estrategias de los votantes y de los propios partidos, y qué pasaría si se eliminan.
Las elecciones primarias rigen desde diciembre de 2009, a partir de la sanción de la Ley 26.571; empezaron a utilizarse en los comicios de 2011 y se aplican para los cargos electivos nacionales.
Desde entonces, se realizan cada 2 años, en agosto, y sirven para definir dentro de cada espacio político las listas de diputados y senadores y/o fórmulas presidenciales para la elección general de octubre. También sirven (aún en el caso de que en algún espacio no haya disputa interna) para que el electorado tome nota de la fortaleza política y las posibilidades de cada candidato, con lo cual cuenta con más elementos para decidir a quien apoyar en la general.
También son útiles para "depurar" la oferta: las listas que no recojan el 1,5 % de los votos en cada distrito, quedan afuera de la elección general.
En un informe realizado hace dos años, cuando también se debatía la oportunidad y conveniencia de las PASO, el CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) consignó que, desde el primer momento, estas elecciones generaron un fuerte debate. Entre los argumentos en contra apareció el carácter presuntamente "proscriptivo" que supone el umbral de votos necesarios para participar en la elección general, la intervención en la vida interna de los partidos, y el desgaste político y económico que generan, sobre todo, en los partidos con menos recursos.
Incluso, en reiteradas oportunidades, se propuso suspender las PASO bajo el argumento de que representan un gasto innecesario para el Estado, ya que a la fecha no han logrado generar la competencia esperada al interior de los partidos. Estos cuestionamientos se reavivaron en medio de la pandemia y la crítica situación de las cuentas públicas.
Para el CIPPEC, hay margen para mejorar las PASO y, como toda institución política, son perfectibles. A la vez, destacan que las PASO han contribuido a fortalecer los procesos electorales mediante al menos tres mecanismos o efectos:
- Mitigando la fragmentación del sistema de partidos: El efecto más evidente de las PASO es la reducción en la cantidad de partidos y alianzas que compiten en la elección general. Su aplicación tuvo efectos significativos sobre la competencia inter-partidaria, en especial en las elecciones legislativas: redujo la fragmentación partidaria y mejoró la proporcionalidad en la asignación de bancas.
La elección de 2015 fue la que contó con menos listas de presidente/a y de diputados/as nacionales desde 1983. Las PASO generaron un incentivo para la coordinación estratégica de las fuerzas más importantes y fomentaron alianzas entre aquellas con riesgo de no pasar el umbral de 1,5% de los votos para acceder a la elección general (el ejemplo más clásico es el FIT).
Además, una asignación de bancas más proporcional significa una representación más precisa de las preferencias de los votantes en las instituciones, y esa es una aspiración fundamental de cualquier democracia.
- Ofreciendo información para el votante: Las PASO permiten a los votantes repensar el voto y a los partidos ajustar sus estrategias de campaña de cara a las elecciones generales. Un ejemplo de esto se ve en la elección presidencial y en la elección en CABA del 2015, donde fuerzas opositoras en las PASO cambiaron su voto en la general para permitir que el candidato opositor con más posibilidades accediera al balotaje.
Esto se ve también en 2011 y 2013, donde hubo alguna concentración del voto opositor después de la PASO: sabiendo cómo se distribuían los apoyos, una porción de los votantes hizo una opción estratégica en las elecciones generales.
- Clarificando la oferta para los votantes: Las PASO producen opciones más comprensibles y atractivas. Al alentar la formación de alianzas y descalificar a las opciones no competitivas, las PASO permiten depurar la oferta electoral y generar opciones más discernibles. Este reordenamiento de la oferta tiene consecuencias sobre los votantes, quienes cuentan con información más clara al momento de emitir su voto.
Lejos de generar fatiga electoral, como algunos anticipaban, la mayor claridad respecto de las opciones disponibles puede actuar como un incentivo positivo para participar: las PASO tienen niveles de participación similares a los de las elecciones generales.
Antes de que se estableciera el actual sistema, cada fuerza política definía sus listas a través de congresos partidarios, acuerdos de cúpulas o internas "cerradas", donde votaban solo los afiliados. La finalidad de las Paso es garantizar la competencia interna a todos los sectores, facilitar a las minorías participar del proceso de selección, y expresarse a los ciudadanos no afiliados.
Al igual que toda iniciativa en materia electoral, por disposición de la Constitución Nacional debe ser discutida en el Congreso. Además, para sancionarla se requiere la mayoría absoluta de cada cámara; es decir, la mitad más uno de sus integrantes, no de los presentes a la hora de votar: 129 de los 257 diputados y 37 de los 72 senadores. Como toda decisión que requiere mayorías especiales, el objetivo es que no pueda ser tomada sin un consenso lo suficientemente amplio.
Primarias: No son para elegir presidente, diputados y senadores, sino para definir quiénes serán los candidatos a dichos cargos en cada fuerza política, cuando tenga más de un aspirante a cada uno de ellos. En las Paso los postulantes se llaman precandidatos. En las generales son candidatos.
Abiertas: Cualquier ciudadano puede votar en el frente electoral o partido político que quiera, sin necesidad de estar afiliado. Pero puede hacerlo sólo en uno.
Simultáneas: Se realizan el mismo domingo en todo el país (el segundo de agosto, dos meses y medio antes de las elecciones generales, que son el cuarto domingo de octubre).
Obligatorias: Porque todos los ciudadanos empadronados tienen el mismo deber de votar que en una elección general. También lo es para los partidos y para el Estado, que debe garantizarlas. La elección se realiza aún cuando no haya una disputa interna.