- ¿Qué es lo que permite que convivan distintos sistemas electorales provinciales en el país?
Fechas unificadas y desdobladas, procedimientos y boletas diferentes, y hasta categorías no coincidentes. Por qué razones el país tendrá tantas elecciones distintas, y cuáles son las implicancias, en el análisis de la especialista.
- ¿Qué es lo que permite que convivan distintos sistemas electorales provinciales en el país?
- Hacer elecciones concurrentes (en la misma fecha que las nacionales) o desdobladas es una facultad que el sistema federal argentino, a través de la Constitución Nacional, reconoce a las provincias; siempre en el marco de la ley superior.
Hay cinco provincias en las cuales la elección nacional y la provincial se realizan necesariamente desdobladas. Una es Santiago del Estero. Luego de la intervención federal de 2003, ese calendario quedó defasado y realiza elecciones en fechas distintas a la nacional, ni siquiera en el mismo año.
El segundo caso es Corrientes por una razón similar, una intervención federal. Y no va a tener elección de gobernador, porque la tuvo hace dos años. Allí la no concurrencia es natural, porque los comicios nacionales y los provinciales se realizan con dos años de diferencia.
Hay otros tres casos particulares. Chaco y Tierra del Fuego tienen establecido por legislación que no pueden ir concurrentes con Nación. Y el otro caso es la provincia de Santa Fe, donde hay plazos de convocatoria a elecciones que están establecidos constitucionalmente, y esto hace que no se lleguen a cumplir para coincidir con la elección nacional.
- Y cuando se puede elegir desdoblar o no ¿cuáles son las razones para hacerlo?
- En líneas generales, la decisión de pegar o despegar (la elección provincial de la nacional) tiene que ver con la estrategia política. Por ejemplo, en el caso de que haya alguna figura presidencial muy fuerte que tenga mucha presencia territorial, mucho apoyo, se juega a ir en comicios concurrentes, porque se busca el efecto arrastre.
Pero puede ocurrir lo contrario: si la figura nacional que lleva el partido del gobernador o gobernadora está cuestionada, no atrae voluntades, no genera entusiasmo en el electorado, ese efecto arrastre puede ser inverso. Es decir, en vez de sumar va a restar, y quien sea gobernador o gobernadora va a tender a desacoplar su distrito, para capitalizar la elección a nivel local separándose de la esfera nacional.
Un ejemplo: cuando Cristina Fernández de Kirchner era presidenta de la República había un espacio de gobernadores K que estaban dentro de la línea del Frente para la Victoria y, en líneas generales, tendían a unificar porque había una afinidad ideológica, programática y de agenda con el gobierno nacional.
También ocurre a veces que la estrategia desde Nación, sobre todo en esta alternativa de compartir una afinidad ideológica, es que el arrastre de arriba hacia abajo traccione y ayude al gobernador o al intendente que comparte una boleta a sumar apoyos. Pero también ocurre un efecto inverso, es decir, un arrastre de abajo hacia arriba. Porque muchas veces figuras del ejecutivo provincial son destacadas en la política nacional.
Los gobernadores, sobre todo si van a la reelección -que muy pocas veces pierden-, se convierten en importantes aliados para generar arrastre de abajo hacia arriba, en favor de la figura presidencial. El rol de los gobernadores ha sido ampliamente estudiado en Argentina por diversos autores, quienes destacan su relevancia política partiendo de que controlan el aparato político de sus distritos (inversiones, obras públicas, contratos en el Estado, armado de listas, entre otros aspectos). De allí, su importancia cuando hay que anunciar medidas en el plano nacional que requieren legitimidad generalizada. Obviamente hay gobernadores que han perdido su reelección, por ejemplo, Martín Buzzi en Chubut en 2015 o la propia María Eugenia Vidal en provincia de Buenos Aires en 2019, o Rosana Bertone en 2019 en Tierra del Fuego, por mencionar algunos ejemplos, pero no suele ser la regla, sino la excepción.
Otro de los elementos que puede explicar o justificar el desdoblamiento de elecciones tiene que ver con la agenda: no es la misma agenda política que propone una candidata o un candidato a presidente que los temas locales, provinciales y subnacionales. Muchas veces los temas en discusión hacen que se prefiera desdoblar y generar un clima de debate mucho más local y no llevarlo tanto al plano nacional, donde sabemos que la cuestión económica es primordial; y las decisiones de macroeconomía (como por ejemplo las vinculadas a la inflación) no las puede tomar un gobernador.
Y hay una cuestión fundamental que es la relativa a la boleta de elección. Acá sí voy al caso de Santa Fe, que es particular: además de esta cuestión de plazos de convocatoria, hay un elemento fundamental que tiene que ver con la boleta, porque la provincia tendría que combinar, por un lado, la boleta papel de la elección nacional con la boleta única papel por categoría que tiene vigente desde el año 2013 (cosa que ha sucedido en algunas ocasiones).
Salta, CABA, Chaco y Neuquén han incorporado la Boleta única electrónica, por lo cual esta situación de ir en concurrencia con la elección nacional complicaría la posibilidad de amalgamar los dos sistemas de votación.
- También se advierte disparidad en cuanto a los mecanismos de elección.
- Esa es otra cosa que juega en el tema de unificar o desdoblar. Si vamos a las nacionales, hay PASO en agosto y generales en octubre. En el caso de las provincias, hay algunas como Santa Fe y Entre Ríos que sostienen un sistema de PASO y tienen dos instancias, como Nación. Pero Salta, que tenía elecciones primarias, las suspendió para este año. San Juan eliminó las primarias y solamente hay generales.
Lo mismo ocurre con San Luis, que en 2015 tenía PASO y en 2019 cambió por un sistema de primarias, abiertas y simultáneas (sacó la obligatoriedad por parte de la ciudadanía y de los partidos si sólo tenían una lista) y a fin del año pasado decidió eliminar ese sistema y volvió a la Ley de Lemas.
Estas diferencias en el mecanismo de votación que tiene el sistema electoral de las provincias entre sí y la Nación dificulta esta posibilidad de sostener elecciones concurrentes.
- ¿Se advierte un retroceso de las PASO en las provincias y un revival de la ley de lemas? ¿Qué efecto tiene eso a nivel político e institucional?
- Hay provincias que tienen Ley de Lemas, una de las más conocidas ha sido el caso de Santa Cruz porque ha llegado a la Corte Suprema de Justicia, que desestimó resolver porque la definición del sistema electoral es competencia de cada provincia.
San Luis legisló a favor de un sistema de Lemas, en Entre Ríos hubo algún comentario en relación a esto pero no se aprobó; sí se modificaron las fechas de elecciones.
La Ley de Lemas es un sistema electoral cuya principal crítica es que al promover el voto acumulativo lo que hace es distorsionar el resultado. Esto ocurre porque a partir de la suma de votos por los sublemas hacia los lemas, como ha pasado en Santa Fe, ha llevado a la gobernación a candidatos que individualmente no han sido los más votados.
Esto pasó en la provincia de Santa Fe y ha sido uno de los motivos por los cuales el sistema de Lemas ha sido eliminado.
Si bien en Misiones y en Formosa hay Ley de Lemas, funciona en el primer caso para cargos municipales, y en el segundo para todos los cargos, desde convencionales constituyentes, diputados, intendentes, menos para el cargo de gobernador. A diferencia de Santa Cruz, San Luis y San Juan que sí adoptaron un sistema de Lemas para todos los cargos.
Hoy serían tres las provincias con sistema de Lemas completo: Santa Cruz, San Juan y San Luis, que son las últimas que la aprobaron. Misiones y Formosa para algunos cargos.
Fanny Maidana es doctora en Ciencia Política por la Universidad Nacional de Rosario y docente universitaria en Ciencia Política en UNL y UBA y también en teoría de los partidos políticos y de los sistemas electorales en UNL.