Miércoles 2.10.2019
/Última actualización 15:53
Durante más de dos horas, el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro junto a buena parte de su gabinete, expuso en la presidencia de la Cámara de Diputados los ejes principales de la su política en la materia. Se sumaron, además, los ministros de Justicia, Ricardo Silverstein; y de Gobierno, Pablo Farías. La convocatoria surgió a instancias del diputado justicialista Leandro Busatto que, en rigor, había solicitado la interpelación del funcionario después de los resonantes homicidios cometidos en esta capital, y que le costaron la vida a dos jóvenes -Julio Cabal y Maximiliano Olmos- en ocasión de robo. Pero por acuerdo de los bloques, Pulllaro asistió a la presidencia de la Cámara, un recinto cerrado al que no pudieron ingresar ni los asesores de los legisladores ni los periodistas. El hecho desató el reproche de Busatto, que pidió “desdramatizar” la presencia de funcionarios en el Parlamento y no convertirlos en hechos “secretos y extraordinarios”.
Durante la exposición -según relataron los participantes-, Pullaro aportó numerosos datos sobre las medidas adoptadas desde su cartera. Al retirarse y en diálogo con la prensa, reiteró el concepto que ya había adelantado a El Litoral: “Ojalá me hubieran convocado muchas más veces, no sólo por coyunturas difíciles, sino permanentemente para poder evaluar las políticas públicas que fuimos adoptando”, planteó. Y advirtió que muchas de las cuestiones vinculadas a la seguridad se resuelven “con una participación de los tres poderes del estado”. En ese sentido y como ya lo había hecho en otras ocasiones, volvió a poner la mira algunas decisiones judiciales que, por ejemplo, permiten libertar a delincuentes con frondosos antecedentes.
“Este martes en Rosario -relató-, hubo un hecho que fue tremendo porque además quedó filmado con disparos en pleno centro, a la tarde y donde un delincuente quedó detenido. Ese delincuente -narró- entre 2009 y el 2018 había cometido nueve delitos de los cuales cuatro o cinco eran graves; eran robos calificados. Entonces no seguí estudiando el caso, la verdad, para no calentarme (sic) porque a uno lo revelan estas cosas. La cantidad de veces que una persona es detenida por las fuerzas de seguridad, y van presos pero poco tiempo en función de los delitos que cometen. Si una persona hiere a otra con un arma es irracional que la imputación sea lesiones leves si le pega en una pierna y sale en menos de treinta días del hospital. La verdad es que debería ser tentativa de homicidio cuya pena mínima es totalmente diferente”, describió.
- ¿Fallan los fiscales o falla la ley? -preguntó El Litoral-
- No sé. Hay que discutir en serio la cuestión de la seguridad. Yo pongo todo y trato de que la policía funcione lo mejor posible. Pero si una persona cometió un delito que probablemente levante el volumen social, si antes de eso cometió siete y ocho delitos más siendo descubierto en flagrancia, la verdad que a mí me preocupa. La ley es clara; a veces falla la interpretación desde mi humilde criterio sin ser abogado. Tengo criterio común, el que también tiene la gente.