En diálogo con Mariano Martínez, arquitecto jefe de Desarrollos de Grupo Roma, empresa posicionada en el rubro, nos cuenta sobre lo que está ocurriendo en la región y cuáles son los principales desafíos.
Las localidades del sur de la provincia de Santa Fe muestran un crecimiento ininterrumpido ofreciendo infraestructura, servicios y un estilo de vida diferente. La articulación público-privada lleva a que las localidades al sur, norte y oeste de Rosario muestren un crecimiento continuo.
En diálogo con Mariano Martínez, arquitecto jefe de Desarrollos de Grupo Roma, empresa posicionada en el rubro, nos cuenta sobre lo que está ocurriendo en la región y cuáles son los principales desafíos.
- Para que la región crezca como lo viene haciendo es indispensable una alianza entre el sector público y el privado ¿Cómo se trabaja en ese sentido?
- La alianza es indispensable porque es la posibilidad de que el desarrollo urbano y la generación de hábitat sean una realidad. En la ciudad de Rosario ya no es posible que uno construya su vivienda en la zona urbana, por eso buscamos ofrecer opciones para que las personas elijan realmente cómo y dónde vivir.
Antes de encarar un nuevo proyecto nosotros evaluamos que la comuna o municipio den la posibilidad de generar conectividad, de aportar infraestructura, equipamiento urbano, espacios verdes y que se fomente la economía interna del barrio y de la localidad.
Hoy en el mundo se está hablando de cómo hacer que el desarrollo tenga una perspectiva ambiental y social, por eso la articulación con la gestión pública tiene que ser permanente para pensar y evaluar cómo se están construyendo y gestionando nuestras ciudades.
- ¿Cómo sería fomentar la economía de un barrio o municipio desde el lugar de una desarrolladora?
- Por una parte tiene que ver con generar puestos de trabajo, con agregar cadena de producción; desde corralones de materiales, contratistas, operarios, constructores, hasta los profesionales que se ponen al servicio. Y después por otra parte, tiene que ver con buscar resolver el acceso al suelo, la vivienda digna y el derecho a la ciudad, que en el contexto de crisis económica global en que vivimos, es un desafío enorme.
Uno de los objetivos principales de Grupo Roma es impulsar el crecimiento económico de los territorios en los que trabajamos. Para traducir esto a acciones concretas, nuestros barrios están diseñados para que desarrollen su propia área comercial y están ubicados estratégicamente en zonas productivas. De esta forma impulsamos el empleo regional y se minimizan los riesgos de deslocalización y de actividad especulativa.
Otro ejemplo concreto, es que la mayoría cuentan con huertas comunitarias para promover la producción alimentaria local. La venta local es una forma de relación sostenibles con el entorno.
- Hablás de desarrollo sostenible ¿Qué implica esto para el rubro de la construcción?
- Como ya todos sabemos, sea en el rubro que sea, si no accionamos a favor de un cambio de paradigma ambiental vamos a estar en problemas muy serios las próximas décadas.
Como decía antes, hoy en el mundo se está discutiendo cómo pensar y construir territorios de otra manera. Nuestro país adhiere a los ODS que son los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de la ONU, y desde Grupo Roma entendemos que nuestra responsabilidad no puede ser otra que alinearnos en ese sentido. La actividad urbana-inmobiliaria requiere de muchísima responsabilidad porque cada una de las acciones produce un impacto en el espacio y en la sociedad de forma intensa y duradera. La urbanización puede ser una herramienta clave para ir hacia el desarrollo inclusivo y sostenible, por eso no puede ser en cualquier lado ni de cualquier manera.
- ¿Qué desafíos están encarando en la región?
- Tenemos proyectos en 6 localidades del sur de la provincia, distribuidas en los corredore sur, oeste y norte, donde próximamente vamos a estar anunciando novedades. Algunos de estos proyectos ya son barrios, y otros están en proceso de obra.
Como empresa nos proponemos sacar al mercado proyectos estratégicos que incorporen innovación, que sean funcionales en lo colectivo para el barrio y la localidad y en el nivel individual de la vivienda. Poner recursos a disposición de facilitar el acceso al suelo, a la vivienda y a las condiciones de urbanidad plena siempre es un desafío. Y más si sumado a todo esto, estás intentando promover nuevas formas de habitar.
- ¿Qué significa eso?
- Pensar un nuevo barrio no se trata de cuestiones meramente técnicas, para que un nuevo barrio tenga realmente sentido para la gente tiene que haber una reflexión sobre los modos de habitar que propone. Hay tantos modos de habitar como modelos de familias, y las familias reales son diversas y heterogéneas.
Generalmente cuando te mudas a un barrio nuevo no sabes con qué personas te vas a encontrar, pero nosotros proponemos un cambio de enfoque y que sea posible elegir con quién compartir. La idea es vivir junto a gente que comparta los valores y las formas de vida, lo que hace que se termine generando una especie de comunidad. Si bien cada uno vive en su casa y tiene su espacio privado, hay patios comunes y servicios comunes que permiten por ejemplo, compartir una huerta con tu vecino y dividir tareas. Esta propuesta de habitar genera cooperación y en esa compartir, aparecen hábitos que son más amigables con el ambiente porque se aprovechan recursos. Este estilo de vida se originó en Dinamarca y tiene el nombre de cohousing.