Una mujer logró controlar el VIH sin medicación por 12 años
Se trata de una paciente de 56 años que fue diagnosticada en 1996. Es un caso excepcional a nivel mundial que abre la puerta a muchas investigaciones.
Una mujer logró controlar el VIH sin medicación por 12 años
Viernes 5.3.2021
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Última actualización 22:39
Una paciente de la ciudad de Buenos Aires que fue diagnosticada en 1996 con VIH logró mantener niveles del virus indetectables en la sangre luego de pasar los últimos 12 años sin tomar la medicación del tratamiento antirretroviral, un caso excepcional a nivel mundial que abre la puerta a investigaciones para comprender mejor cómo funciona la enfermedad.
El caso, que fue publicado recientemente por la revista especializada de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de América (Idsa), es de una paciente de 56 años de la Ciudad que es tratada desde 1997 por la médica Analía Urueña y la infectóloga Isabel Cassetti en Helios Salud. “El caso de esta paciente se inscribe dentro de lo que se denominan los controladores pos tratamiento, que son un grupo muy reducido de personas en el mundo (menos del 15% de las personas que viven con VIH) que por algún motivo dejaron el tratamiento, y lograron controlar la replicación del virus y mantenerlo indetectable”, contó Cassetti a Télam.
Sin embargo, la “paciente de Buenos Aires” tiene algunas otras condiciones que la hacen excepcional. “Ella llega al diagnóstico de VIH con enfermedad avanzada en 1996, con sus defensas muy bajas y una altísima carga viral; ahí comienza un tratamiento que abandona al año y en 1997 llega a Helios, donde comienza de nuevo el tratamiento, la carga viral disminuye, suben los CD4 y mejora su estado clínico”, recordó la infectóloga. Esta característica de haber llegado en forma tardía al diagnóstico es diferente a todos los otros casos conocidos de personas que “controlaron” el virus pos tratamiento, quienes tuvieron un diagnostico temprano.
“La segunda condición que la convierte en un caso excepcional es que ella perdió los anticuerpos, esto quiere decir que si se le hace hoy un test de Elisa no se detecta que tiene VIH, y la tercera es que lleva 12 años con su carga viral indetectable, lo cual es mucho tiempo”, describió la infectóloga. Luego de realizar el tratamiento durante una década, para 2007 la paciente presentaba efectos adversos a las drogas como aumento de los triglicéridos, del colesterol y lipodistrofia, que es una alteración en la distribución de la grasa; además su adherencia al tratamiento, es decir la ingesta de las pastillas, comenzó a ser irregular.
“Es importante destacar dos cosas: la primera que en aquella época usábamos drogas que hoy ya no usamos, eran más cantidad y más tóxicas; esto hoy ya no ocurre. Por otra parte, hoy aprendimos que no se puede suspender el tratamiento”, alertó Cassetti. Pero en 2007 la situación era otra y el equipo de salud acordó con la paciente suspender el tratamiento y realizar un seguimiento para ver su evolución. “Le hacíamos pruebas todos los meses y lo que notamos era que los CD4 seguían bien y que la carga viral permanecía indetectable”, contó.
El caso despertó interés y comenzaron a realizar pruebas en el laboratorio de virología del Hospital Garrahan, con la doctora Andrea Mangano, y consultas con el doctor Roberto Arduino (Estados Unidos). Como la situación se extendió en el tiempo, las infectólogas viajaron junto a la paciente a Bethesda, en Washington DC, Estados Unidos, al NIH (National Institutes of Health) en 2015 y 2017. Allí se le realizaron biopsias de ganglios linfáticos, de intestino, leucoféresis (análisis de células de la sangre más específicos) y punción lumbar para la obtención del LCR (líquido cefalorraquídeo) con diferentes técnicas.
Las conclusiones fueron que la carga viral del VIH en sangre permanecía indetectable, pero se encontraron trazas/fragmentos de virus en los ganglios linfáticos, que es donde el virus encuentra los reservorios, lugares donde se puede alojar y permanecer sin que las drogas lleguen a eliminarlo. Por otro lado, no se encontró virus en intestino ni en células de sangre periférica, pero en una biopsia de cerebro se halló células que contenían restos de ADN del VIH, confirmando la presencia de virus. “Hablamos de remisión y no de cura porque la cura implicaría que no hay virus en la sangre ni en los reservorios, esa sería la verdadera cura.
Por eso muchas estrategias que buscan la cura apuntan a tratamientos que permitas eliminar esas células que actúan como reservorios; por eso hoy se habla también de cura funcional, que sería que el virus esté indetectable”, aseguró la infectóloga. No obstante, en el caso de esta paciente, Cassetti prefiere hablar de remisión y no de cura funcional porque “lleva 12 años en esta condición y no sabemos qué puede pasar en el futuro; de hecho ella sigue con sus controles habituales”. “La causa de esta situación todavía no está clara, probablemente puede haber factores genéticos e inmunológicos, pero justamente lo que se abre a partir de estos casos es la posibilidad de estudiarlos para ver las causas y ver si este aprendizaje sirve para otras personas”, añadió.
En el mundo hubo dos antecedentes de cura: los conocidos como “paciente de Londres” y “paciente de Berlín”. “En ambos casos el virus no se detectó en la sangre pero tampoco en ningún reservorio; fueron casos de pacientes que habían recibido trasplante de médula ósea de dadores con una mutación genética que no tenían el co-receptor celular que el VIH utiliza para ingresar a las células del organismo”, indicó. Como se estima que sólo el 1% de la población mundial puede llegar a tener esa mutación y el trasplante de médula no puede ser una estrategia para controlar la enfermedad porque es costoso e invasivo “hay que pensar estrategias que sean accesibles a todo el mundo”, aseguró.
Finalmente, la infectóloga enfatizó que “el caso de la paciente de Buenos Aires es muy excepcional, se destaca porque permite abrir la puerta para realizar investigaciones, pero el mensaje que queremos transmitir es que no podemos suspender los tratamientos, y que es gracias a esta medicación que las personas con VIH tienen una esperanza de vida igual que las demás y con buena calidad”. “Por eso es tan importante el testeo porque cuanto antes la persona conozca si tiene el virus se puede comenzar a tratar y de esa manera puede estar bien y, además, con una carga viral indetectable ya no transmite el virus a la comunidad”, dijo.
La especialista recordó que en la Argentina todavía se diagnostica con VIH de manera tardía. “Un 30% de las personas llegan ya con CD4 bajos o enfermedades marcadoras; por eso promovemos el testeo masivo y el comienzo rápido del tratamiento (antes del mes) en caso de dar positivo”, finalizó.