Joaquín Fidalgo | [email protected]
Declaró este miércoles la coordinadora de las Juntas de Salud Mental de la provincia. La psiquiatra firmó un informe que favorece a Víctor Baraldo. La querella sostuvo que existieron intereses externos para influir sobre el dictamen.
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En una jornada “maratónica” que comenzó en horas de la siesta y se prolongó hasta la noche, se desarrolló este miércoles la audiencia número 12 del juicio oral y público que se lleva adelante en los tribunales santafesinos por el denominado caso Baraldo, en el que tres integrantes de una familia esperancina están acusados de abusar sexualmente de un niño de su propia sangre.
Los imputados en la causa son Víctor Hugo Baraldo (abuelo de la presunta víctima), Nidia Noemí Morandini (abuela) y su hijo Juan Pablo Baraldo (tío).
En esta oportunidad, declaró como testigo ofrecida por la defensa de los acusados la doctora Alba Elena Bielsa, coordinadora de las Juntas Especiales de Salud Mental de la provincia, dependiente de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud de Santa Fe.
Esta mujer fue una de las encargadas, años atrás, de elaborar un perfil psicológico de Víctor Baraldo para determinar si tenía una personalidad capaz de cometer los delitos por los que se lo acusa.
Luego de tres “entrevistas clínicas semidirigidas” con el acusado, también con su esposa Nidia Morandini, su hija y madre de la presunta víctima, María Fernanda Baraldo, y su actual pareja, Carlos Gloor, Bielsa firmó un informe el 21 de abril de 2015.
“Triste” y “feo”
El documento explicaba que Víctor Baraldo creía firmemente que su nieto había sufrido algo algo “muy triste” y “muy feo”. Nunca negó que el niño haya sido abusado, pero se sentía “injustamente acusado”. La mujer, que se presentó como médica psiquiatra y especialista en salud mental, remarcó que habitualmente los abusadores tratan de desacreditar a la víctima y que en este caso el imputado no lo hizo.
Además, contó que al principio el abuelo se mostró solícito y amable, pero a medida de que pasaron los días y se complicó su situación judicial y la de los otros miembros de su familia se puso más reacio al diálogo y desconfiado. De la misma manera, fue disminuyendo su preocupación por su nieto, a quién llegó a describir como un “niño sin ropero”, en relación a que no tenía un lugar fijo de residencia por una supuesta falta de responsabilidad de su hija, la madre del chico.
Finalmente, la Junta (conformada además de Bielsa por una psicóloga y un abogado) concluyó que Víctor Baraldo pudo haber perdido freno inhibitorio para cometer agresiones físicas o verbales, pero no como para cometer los delitos por los que se lo acusa.
El informe también hizo referencia a supuestos rasgos de la personalidad de Carlos Gloor, padrastro de la víctima, compatibles con una persona “perversa”.
Este hombre grabó la entrevista que tuvo con la Junta y al conocerse el dictamen presentó una denuncia contra los profesionales que la integraron (Bielsa incluida).
Tráfico de influencias
Tanto el fiscal Omar de Pedro (auxiliado por su par Daniel Filippi en la audiencia) como los abogados querellantes Carolina Walker Torres y Martín Risso Patrón, durante el contrainterrogatorio, hicieron hincapié en supuestas irregularidades cometidas por la Junta.
De Pedro cuestionó que se haya catalogado a Gloor como perverso con sólo una breve entrevista que duró minutos y fue reproducida de manera completa durante la audiencia de este miércoles. Además, remarcó que legalmente se extralimitaron al hacerlo, porque el objeto era trazar el perfil psicológico de Víctor.
Por su parte, Walker hizo notar que en el momento en que actuó la junta, la Dirección de Salud Mental de la provincia estaba a cargo de un familiar directo de un alto dirigente de una de las empresas más importantes de Esperanza y la región, donde trabajaban la abuela del niño, la madre y el padrastro. Este dirigente fue mencionado varias veces en el juicio, porque hay sospechas de que mantenía una relación clandestina con la esposa de Víctor Baraldo y porque algunos testigos aseguraron que fueron contactados por él para influir en sus testimonios y acciones con respecto al caso.
Exabrupto
Bielsa tuvo un grave exabrupto cuando, ante una pregunta de la fiscalía, dijo “me chupa un huevo”. La mujer manifestó sentirse agredida por las preguntas de Omar De Pedro.
En uno de los cuartos intermedios, la mujer utilizó su teléfono para recibir y enviar mensajes, lo que fue advertido por el doctor Risso Patrón al tribunal, integrado por por los conjueces Jorge Luis Silva (presidente), Alfredo Martín Olivera y Néstor Darío Pereyra. Cabe recordar que los testigos tienen totalmente prohibido comunicarse con cualquier otra persona hasta que no termine su declaración. La doctora Walker Torres advirtió que esta actitud iba a terminar en una denuncia penal en contra de la testigo, que volvió a ser citada para este jueves.
Cruces
Al igual que en audiencias anteriores, fueron muchos los cruces tensos entre el defensor Eduardo Jauchen y el fiscal Omar De Pedro. El primero hizo reserva de nulidad del proceso, ante lo que sostuvo- fue un ocultamiento de una prueba. El segundo reclamó al tribunal en innumerables ocasiones que se envíen las actuaciones de su oponente al Tribunal de Ética del Colegio de Abogados, por lo que consideró maniobras sistemáticas dilatorias del proceso y destinadas a “dinamitarlo”.