Otro gravísimos incidente se desencadenó en la madrugada de este domingo dentro de la Subcomisaría 2a de barrio Santa Rosa de Lima, en la zona oeste de la ciudad de Santa Fe.
Los reclusos se revelaron y trataron de tumbar un portón a patadas. Luego, quemaron colchones y generaron un incendio muy peligroso que no terminó en tragedia por la intervención de bomberos.
Otro gravísimos incidente se desencadenó en la madrugada de este domingo dentro de la Subcomisaría 2a de barrio Santa Rosa de Lima, en la zona oeste de la ciudad de Santa Fe.
Los episodios violentos se están tornando comunes por estos tiempos en las instalaciones de esa sede policial, donde aproximadamente 40 presos se encuentran alojados en condiciones de hacinamiento. Vale recordar que el inmueble está preparado para albergar a 12 internos.
Este año, a fines de febrero, once reclusos lograron escapar de esa dependencia, luego de violentar una puerta, saltar un tapial y correr por el pasillo de una casa lindera. Días antes, se había desatado una gresca de proporciones que terminó con varios sujetos heridos.
A mediados de abril, se produjo otro intento de evasión. Los guardias encontraron a varios presos colgados del techo. Ya habían violentado algunas rejas.
Los últimos días de julio, dos internos que cocinaban tortas fritas fueron quemados con aceite hirviendo y terminaron en el Hospital Cullen.
Este domingo, poco después de las 4, los vecinos nuevamente escucharon detonaciones dentro de la subcomisaría y se sobresaltaron.
Según pudo saberse, los uniformados escucharon ruidos sobre el techo, por lo que inmediatamente activaron el operativo de prevención establecido por protocolo.
En dos grupos, los guardias se dirigieron al fondo del inmueble y allí observaron a dos internos, uno de los cuales estaba trepado a las rejas del techo. Al verse sorprendido por los uniformados, el recluso bajó y se mezcló con el resto de los internos para no ser reconocido.
Ante la posible fuga, los policías decidieron reunir en el patio a todos los detenidos. Fue en ese momento que un grupo de ellos mostró una actitud sumamente hostil frente al personal e incitó al resto a revelarse. Los uniformados solicitaron apoyo entonces, para evitar cualquier desborde, porque a esa altura ya el tumulto era generalizado y los presos golpeaban con fuerza el portón de ingreso. Trataron de abrirlo a las patadas.
La llegada de personal del Comando Radioeléctrico, Grupo de Operaciones Especiales y del Cuerpo Guardia de Infantería no apaciguó a los revoltosos, que minutos después de las 5 apilaron colchones detrás de las rejas y les prendieron fuego. Se generó entonces un incendio de magnitud que rápidamente alcanzó los techos del edificio.
Sólo la intervención de una dotación de la Agrupación de Bomberos Zapadores evitó que todo termine en una tragedia.
A raíz del episodio se inició una causa en la que el fiscal Manuel Cecchini dispuso que los involucrados sean identificados por tentativa de evasión, daños, incendio y amenazas.
Además, ordenó que los cuarenta reclusos sean examinados por un médico y que los peritos busquen evidencias en al escena, entre otras medidas.