Fue otra noche de furia en la cárcel de Coronda.
Un interno debió ser trasladado al hospital tras recibir un balazo. Hubo una pequeña réplica en Las Flores. En ninguno de los penales hubo evasiones. Un interno debió ser trasladado al hospital tras recibir un balazo. Hubo una pequeña réplica en Las Flores. En ninguno de los penales hubo evasiones.
Fue otra noche de furia en la cárcel de Coronda.
Los disturbios comenzaron cerca de la medianoche cuando gran cantidad de internos lograron salir de sus celdas y se ganaron en los pasillos de los pabellones.
A partir de entonces el caos se fue generalizando con presos que iniciaron pequeños focos de incendios (algunos reos hasta llegaron a trepar hasta los techos del presidio) y guardias que intentaban reprimir el alzamiento con disparos de balas de goma.
Las imágenes de la revuelta (emitidas con los celulares de los propios presos) no tardaron en viralizarse. Allí puede observarse como muchos de ellos utilizaban mesas y frazadas como improvisados escudos, para protegerse de las postas de goma disparadas por las escopetas policiales.
En este contexto se supo que Jonatan Benítez, de 32 años, recibió un balazo que le provocó una seria herida a nivel del abdomen. Por este motivo fue sacado del penal y trasladado al hospital Cullen, donde ingresó pasada las 2 de la madrugada.
El nombrado fue sometido a una intervención quirúrgica quedando alojado en la Sala Penitenciaria, en estado delicado y con pronóstico reservado.
Como es de rigor en estos casos agentes penitenciarios con apoyo del personal policial desplegaron sus hombres en la parte exterior del penal, para asegurar que no se produzca alguna evasión.
De lo que estaba ocurriendo en Coronda no tardaron en enterarse sus “colegas” de la cárcel de Las Flores, que intentaron replicar la acción aunque sin mayor suerte. En este caso la protesta solo quedó reducida a una “batucada” que hicieron los internos con sus utensillos.
Los incidentes se prolongaron hasta entrada la madrugada, que fue recién cuando se logró retomar el control del lugar.
Resulta por demás de llamativo que por cuarto día consecutivo las cárceles santafesinas son centro de disturbios, lo que es motivo de lógica preocupación entre familiares de los presos y los encargados de la seguridad.