Danilo Chiapello
Hubo allanamientos en la zona donde se produjo el crimen. Secuestraron un arma de fuego; una moto y prendas manchadas con sangre.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
Un tal “Gastoncito” y otro joven apodado “Nikito” están bajo la lupa de los hombres que investigan el crimen de Pablo Cejas.
Los nombrados no son los únicos, sino que comparten esta situación con otros jóvenes que residen en la zona próxima donde se produjo el asesinato, en Neuquén al 6400, en barrio Yapeyú.
Allanamientos
En relación a este tema, en la tarde de la víspera agentes de la Policía De Investigaciones (PDI) practicaron cerca de 20 allanamientos.
Dichas intervenciones (que contaron con el apoyo de distintas secciones de la Unidad Regional I) tenían como objetivo hallar elementos vinculados no solo al caso Cejas, sino también a otro homicidio ocurriendo recientemente. Los movimientos de los uniformados se concentraron en cercanías de de Neuquén al 6400, más precisamente en zona de pasillos y precarias viviendas.
Como resultado se logró el secuestro de un arma de fuego (un revólver, calibre 32); también una motocicleta y una bolsa con prendas de vestir, las que estaban manchadas con sangre.
* “Nuestro principal objetivo era observar al detalle el terreno donde se produjeron los hechos, proceder con un buen ‘rastrillaje’ atendiendo a ciertos detalles como podrían ser el supuesto arrastre que hubo de un cuerpo y otras cuestiones. Ahora todos estos elementos secuestrados serán sometidos a peritajes”, dijo hoy el jefe de la PDI, comisario Mario Monzón, en diálogo con El Litoral.
Hipótesis
Una pelea o una trampa; serían en principio las cuestiones a dilucidar en torno a este caso.
Hasta el momento quien tuvo un rol determinante en este suceso es un hijastro de Cejas, un joven de 21 años.
Todo parece indicar que desde hace algún tiempo este muchacho habría entrado en conflicto con otros jóvenes del barrio. De esos desencuentros habrían surgido serios enfrentamientos que culminaron en amenazas de muerte y en balaceras contra los frentes de algunos domicilios.
Claro que esta cuestión no pasó desapercibida para Cejas que, como es lógico suponer, habría decidido tomar cartas en el asunto, con el resultado ya conocido.
A traición
Algunas versiones dan cuenta que la noche del lunes Pablo llegó, a bordo de su moto, a la zona de Neuquén al 6400 con la firme idea de “hacer justicia” por las agresiones que estaba sufriendo su hijastro.
Cerca de las 22, Cejas se habría internado dentro de la villa y fue entonces cuando dio con uno de los malvivientes, a quien logró reducir.
Pero fue en dicha circunstancia cuando otro sujeto apareció en escena y, desde atrás, le efectuó dos disparos a Cejas.
Ya herido de muerte, el agente habría alcanzado a desenfundar su arma y realizar algunos disparos. Toda esta escena se habría consumado en la zona de pasillos.
Luego viene el arrastre de Cejas hasta el descampado donde finalmente muere.
No queda claro si el agente llegó hasta allí por sus propios medios, intentando escapar de sus agresores. O si, como indican algunos, Cejas fue arrastrado y finalmente rematado en dicho sector.
Esta secuencia coincide con el relato que hacen varios vecinos, los que dan cuenta que escucharon el ruido de una moto (sería la de Cejas) a la que le siguieron gritos y disparos. Luego sobrevino un momento de silencio y nuevamente gritos y disparos (los ocurridos en el descampado).
* Siempre en tren de conjeturas, lo expuesto permite avalar la hipótesis de una pelea.
No obstante otras fuentes sospechan que las agresiones previas al hijastro, en rigor, pudieran haber sido una “carnada” para que Cejas reaccione.
De igual modo algunos datos hacen tambalear esta última teoría.
Ya dijimos que el hijastro de Cejas mantenía un fuerte encono con algunos jóvenes del barrio.
Según trascendió la madre de esos muchachos habría radicado denuncias en la seccional 7ma. contra el infortunado agente y su hijastro, dando cuenta de amenazas de muerte.