Miércoles 18.12.2019
/Última actualización 17:02
El fiscal Federal N° 2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, solicitó esta semana que se les tome declaración indagatoria por el delito de confabulación para el narcotráfico, a los ex jefes de la Delegación local de la Policía Federal Argentina (PFA), los comisarios Mariano Ezequiel Valdés e Higinio Alberto Bellaggio, quienes se encuentran en prisión preventiva a disposición de la Justicia provincial. Además, requirió a la jueza y la fiscal que intervienen en el caso, que se inhiban de continuar investigando para que pase todo a la órbita del fuero nacional. Por último, ratificó la necesidad de que ambos permanezcan privados de la libertad mientras dure el proceso.
El planteo formulado este lunes ante los estrados locales tuvo como respuesta el inmediato llamado a indagatoria para ambos, ordenado el martes por el juez federal N° 2, Francisco Miño, aunque por el momento, no fueron resueltas la solicitud de inhibición a la justicia ordinaria, ni lo que respecta a la medida cohercitiva.
Los cargos que la fiscalía presentó contra la dupla de jefes Valdés-Bellaggio parten de la presunta “confabulación para el transporte de estupefacientes” y recorren una larga lista de delitos entre los que cuentan: “abuso de autoridad”; “incumplimiento de los deberes de funcionario público”; “sustracción de elementos de prueba”; “empleo de servicios de la administración pública” y “falso testimonio”, todos ellos cometidos en el marco del suceso de amplia trascendencia pública, cuando el comisario Valdés resultó baleado el 9 de septiembre pasado mientras viajaba por la autopista Buenos Aires-Rosario.
Fue sin dudas la confirmación, por parte de los equipos forenses de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), del hallazgo de restos de éxtasis en el bolso de mano y la ropa del comisario Valdés, lo que empujó al fiscal Rodríguez a tomar intervención en el proceso. Asimismo, dicho descubrimiento tuvo lugar en inmediaciones de la delegación de PFA de calle San Martín al 3381, cuando la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) secuestró el 20 de septiembre una camioneta Mitsubishi L200, propiedad del jefe Valdés, donde se encontraban el bolso en cuestión.
Como todo remite a un violento episodio en el que el comisario Valdés resultó herido de bala, en jurisdicción de los tribunales de Villa Constitución, el 9 de septiembre, la causa por la cual resultó investigado se tramitó ante los fiscales Natalia Benvenuto y Matías Edery, quienes los imputaron por “incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento agravado por su condición de funcionario, retardo de Justicia, sustracción o inutilización de objetos de material probatorio, entre otros”. Los mismos fiscales ordenaron sus detenciones el viernes 20 de septiembre y el 24 del mismo mes, la jueza Marisol Usandizaga dispuso la prisión preventiva por 90 días, medida cautelar que vence para Navidad.
Sin embargo, el hallazdo de rastros de sustancias estupefacientes en el transcurso del proceso se convierte en “determinante para establecer la competencia”, señaló el fiscal Rodríguez. Más aún tratándose de un delito que no les fue atribuído aún y que es propio de la instancia federal.
La fiscalía sostiene que el hallazgo de la droga dentro de la camioneta de Valdés justifica la competencia territorial y que Valdés y Bellaggio cometieron actos preparatorios para el tráfico de estupefacientes. Además, refiere a un “pacto sellado” entre ambos para dar curso a lo que luego se traduciría en un hecho ilícito, cuando herido el jefe, el segundo se encargó de sacar de la escena el material comprometedor.
Lo que se deduce de las actuaciones hasta aquí presentes, es que el jefe Valdés habría transportado el bolso con la droga sintética desde Buenos Aires -viajaba por la autopista con destino a Santa Fe- y que por un hecho fortuito -un tiroteo con narcos- el envío no llegó al lugar pactado.
De robo al “voleo” a “mejicaneada”
El comisario Mariano Valdés circulaba en un auto Ford Focus propiedad de la fuerza federal, acompañado por la policía Roxana González, cuando a las 20.45 del 9 de septiembre se produjo un enfrentamiento armado a la vera de la autopista, en el km 245, a la altura de Villa Constitución. Luego de la balacera, el funcionario policial condujo hasta una de las estaciones de servicios denominada “Las Gemelas” (dos YPF enfrentadas a uno y otro lado del asfalto) para ser asistido y luego internado en un sanatorio de Arroyo Seco.
La primera versión fue que habían sido objeto de un robo al “voleo”. El jefe y la subalterna coincidieron en su declaración en que aminoraron la marcha para tirar la yerba del mate cuando fueron abordados por tres hombres armados en una camioneta negra y con vidrios polarizados.
La versión dejó tantas dudas que mucho se habló durante una semana, hasta que la policía que lo acompañaba decidió romper el silencio y contar que venía siendo presionada para presentar un relato “guionado” a pedido de su jefe. Allí fue que surge la presencia del bolso que a la postre contenía restos de anfetaminas que habrían sido descartadas.
Pero además, según la investigación fiscal en provincia, ese días a las 20.06 llegan a la estación de servicios YPF de Ramallo, donde Valdés desciende del coche y se dirige a la parte trasera de la estación, donde no hay baños ni área de servicios, y luego en la filmación se ve salir una camioneta oscura, que podría ser la misma con la que se enfrentaron minutos después.
La oficial González contó además que recibió la orden de Valdés para que se lleve el bolso y las armas con las credenciales. La mujer lo describió como de color verde, pesado y dijo no saber qué había dentro, excusandose en su estado de nervios. Luego, refiere a una comunicación con Higinio Bellaggio, que inmediatamente al enterarse de lo ocurrido viajó 208 km para hacerse del bolso y las ropas de su jefe. De hecho esto se corrobora con el impacto de las llamadas que hizo Valdés -cinco en total- entre las 20.51 y 20.58 después de haber sido baleado, todas dirigidas a Bellaggio.