Ocurrió en horas de la siesta de este lunes, en una cuadra azotada por delincuentes. En estas oportunidad, los ladrones escaparon en el automóvil de la víctima, una empleada estatal de 65 años.
La realidad de los vecinos del pasaje Zorrilla de San Martín al 2900, en barrio Mariano Comas, seguramente no es muy distinta a la de otros de toda la ciudad. Delincuentes aprovechan el poco movimiento de gente para cazar víctimas, en la vía pública y también en sus domicilios. Este lunes, en horas de la siesta, ocurrió un gravísimo asalto que encendió todas las alarmas.
El pasaje corre de este a oeste y está ubicado entre las calles Mariano Comas y Cándido Pujato. El tramo del 2900 arranca en calle 1° de Mayo y termina en 4 de Enero.
"Por acá pasa mucha gente que no es del lugar. Muchos chicos. Al no haber estacionamiento medido, trabajadores aprovechan y los paran en esta cuadra. Las roturas de vidrios es algo de todos los días. No se puede dejar nada arriba. Si dejás el auto afuera, tenés que salir a cada rato para ver que no haya pasado nada", se lamentó Adrián.
A Lilián se la ve tranquila. Ella les hace caso a sus hijos para prevenir. "La llevo bastante bien. Antes de abrir la puerta miro para todos lados, lo que el ángulo me de. Salgo despacio y con precaución hasta para sacar la basura", contó la mujer.
Rápidamente, ella enumeró hechos que sufrieron tres de los vecinos que viven frente a su hogar. "Una familia celebraba el cumpleaños del dueño de casa cuando sintieron que trataban de barretearle la puerta. Otro hombre salió a correr una mañana y al volver encontró a un tipo adentro del patio. El delincuente salió volando por los techos y se terminó tirando por una calle del costado. Trataron de agarrarlo, pero se escapó. Un tercer caso es el de la familia que vive al lado, a la que también le violentaron una reja. Pero lo peor de todo fue lo que le pasó a la vecina ayer (por el lunes)", puntualizó.
Lilian se refiere a la violentísima "entradera" que ocurrió en un inmueble cercano a la esquina con calle 4 de Enero. Allí vive una mujer de 65 años que se desempeña en el Poder Judicial. Había pasado el mediodía cuando llegó a su casa en su Peugeot 208 gris oscuro. Abrió la puerta y entró a la vivienda, pero en ese momento fue abordada por dos asaltantes con armas de fuego que no dudaron en empujarla violentamente para dejarla indefensa en el interior.
La víctima entregó dinero, joyas y el teléfono celular a los ladrones, que no tardaron mucho y escaparon a bordo del automóvil de la dueña de casa.
La mujer, que soportó gran estrés por lo vivido, debió ser asistida en el lugar por un equipo de emergencias del servicio público provincial de salud 107.
Por el momento no hay detenidos, pero los investigadores buscan en cámaras de vigilancia de la zona cualquier imagen que permita identificar a los responsables.