"Cura gay": el Colegio de Psicólogos repudió las terapias de conversión
Considera que puede equiparárselas a "métodos de tortura, violatorios de los derechos humanos". Y destaca que el Código de Ética que rige la profesión establece que "los psicólogos no harán ninguna discriminación en función de nacionalidad, religión, raza, ideología o preferencias sexuales de sus consultantes". Hará una campaña de concientización y capacitación sobre la gravedad de estas prácticas.
"Cura gay": el Colegio de Psicólogos repudió las terapias de conversión
El Colegio de Psicólogos de Santa Fe Primera Circunscripción emitió un pronunciamiento oficial en el que repudia las terapias de conversión de género, tras la denuncia que recibió a un profesional de la psicología por forzar a una persona a someterse a estas prácticas con el fin de procurar modificar su orientación sexual. El caso fue publicado por El Litoral, con el testimonio de la víctima y denunciante, Gastón Onetto, quien fue sometido a este tipo de "tratamiento" cuando tenía 20 años (hoy tiene 38).
Para la entidad de profesionales, "a estas terapias se las puede equiparar con métodos de tortura, violatorios de los derechos humanos. Quienes estuvieron expuestos a estas prácticas aberrantes han sido traumatizados, y subsumidos en padecimientos psíquicos. El dolor y el sufrimiento concomitante cobran un lugar trascendental en quienes han sido sometidos a estos procedimientos", por lo que son "deshumanizantes y atentan contra la salud, la autonomía, la dignidad e integridad".
El pronunciamiento emitido el lunes pasado va en concordancia con la resolución que presentó ante el Directorio del Colegio su Tribunal de Ética y Disciplina y cita algunos fragmentos: "Que las prácticas utilizadas en las llamadas "terapias de conversión" constituyen una violación flagrante de los derechos a la autonomía corporal, la salud y la libre expresión de la propia orientación sexual e identidad de género, lo cual se agrava cuando se llevan a cabo por la fuerza, representando además una violación a la prohibición de la tortura y los malos tratos, tal como ha sido receptado en numerosos tratados y convenciones internacionales reconocidos por el Estado Argentino".
"Que todos los mecanismos destinados a lograr la conversión son inherentemente humillantes, denigrantes y discriminatorias; lo cual combinado con los efectos que tienen la sensación de impotencia y la humillación extrema en los sujetos, generan profundos sentimientos de vergüenza, culpabilidad, autoaversión e inutilidad, que pueden menoscabar el autoconcepto y provocar cambios permanentes en la personalidad de quien lo sufre".
"Que los daños ocasionados por estas terapias comienzan con la noción de que una persona está enferma o es anormal a causa de su orientación sexual o identidad de género y, por lo tanto, debe ser corregida, lo que inevitablemente da lugar a un proceso de victimización. La pérdida considerable de autoestima, la ansiedad, el síndrome depresivo, el aislamiento social, las dificultades para establecer relaciones íntimas, el autoodio, la vergüenza y el sentimiento de culpabilidad, la disfunción sexual, las ideas suicidas y sus intentos, los síntomas de trastorno por estrés postraumático y, con frecuencia, el dolor y sufrimiento físico considerables, son algunos de los profundos efectos que estas prácticas tienen en las personas"
Desde la Institución destacan que valoran la normativa vigente en materia de Derechos Humanos y Salud Mental y ponen el énfasis en la dimensión de la dignidad humana, la libertad y la salud de las personas.
Asimismo, consideran fundamental el proceder ético de los profesionales de la psicología, que deben regirse por el Código de Ética de la Federación de Psicólogos y Psicólogas de la República Argentina (FEPRA). En este sentido la normativa deontológica establece "que los psicólogos no harán ninguna discriminación en función de nacionalidad, religión, raza, ideología o preferencias sexuales de sus consultantes", prosigue "no aplicarán o indicarán técnicas psicológicas que no sean avaladas en ámbitos científicos, académicos o profesionales reconocido". Más adelante, continúa "los psicólogos no participarán, ni activa ni pasivamente, en acciones, formas de tortura y todo aquello que atente contra los derechos humanos internacionales reconocidos".
Concientización y capacitación
Desde el Colegio se comprometen a socializar en el Consejo provincial lo dispuesto por el Tribunal, para llevar adelante una campaña de concientización sobre la gravedad de estas prácticas que inciden sobre la subjetividad de un modo arrasador.
Asimismo, asumimos el compromiso de difundir las terapias avaladas por la comunidad científica. Organizar capacitaciones en perspectiva de género y disidencias como así también en materia de derechos humanos y salud mental.
Propondremos en el Consejo provincial la reelaboración del artículo 38 de nuestros Estatutos, para que algunas causas no prescriban, enunciando las excepciones y de esta manera se pueda aplicar la sanción ética cuando se amerite.
También se compartirá con la Fepra lo aquí referenciado, para que pueda tener impacto a nivel Nacional y se continúe teniendo una clara posición de rechazo sobre las terapias de conversión, como lo han expresado en documentos anteriores.
El Colegio se compromete también a bregar por la detección, prevención, sanción y erradicación de estas prácticas, aunque advierte que el compromiso es social y no se circunscribe sólo al interior de la comunidad de los y las profesionales de la psicología.
Por último, aseguran que acompañan la denuncia y reivindican estas instancias "como un modo reparatorio frente a situaciones traumáticas, como una modalidad de tramitación y elaboración. Esto nos permite visibilizar estas prácticas silenciadas, que tienen efectos catastróficos en el psiquismo".