(Enviado Especial a Qatar)
(Enviado Especial a Qatar)
No hay que tomarlo como una crítica hacia el amigo Emilio Jatón, porque el tema de los baches en las calles no es de él sino un problema eterno de la ciudad. Andando en los buses o los uber, pienso en que lo peor que se puede hacer en Doha es poner un negocio de venta de amortiguadores, porque las calles parecen pistas de Fórmula Uno.
Uno se pregunta por qué pasa esto. Quizás tenga que ver con la diferencia de nivel entre un país de súper primer mundo como éste y el nuestro. Y así como digo que un negocio de amortiguadores sería un rotundo y total fracaso en Doha, el bacheo no debe formar parte de ninguna política en este país, salvo para la construcción de las carreteras. Nunca para arreglarlas.
No es lo único de primer mundo que se vé. Basta con señalar que se están dando el gusto de meter más de un millón (creo que me quedo corto) de turistas sin que se note, ni que se produzcan aglomeraciones de ninguna índole en las calles céntricas, en los subes o en los estadios.
Tomatito goza de buena salud, no se le ocurre arrancar a los gritos en la madrugada o cuando amanece, respeta las horas de sueño, le damos de comer, no se nos escapó más y hasta tenemos ganas de conseguirle una “yuntita”… Suficiente para que el dueño nos ponga de patitas en la calle. A nosotros y a los dos loritos. A esta altura, creo que a Tomatito lo vamos a extrañar cuando nos vayamos. Todos estamos empezando a tener largas charlas con él.