Martes 11.4.2023
/Última actualización 12:43
EMI es la marca que eligió Emiliano Germán Brancciari Amarillo, compositor y referente de No Te Va Gustar, para su faceta solista. Acompañado de una banda de prestigiosos músicos uruguayos, llegará a Tribus Club de Arte (República de Siria 3572) el próximo sábado 15 de abril, en el marco de una gira internacional de presentación de su álbum “Cada segundo dura una eternidad”. El primer trabajo discográfico de EMI se estrenó el 16 de diciembre de 2022, y contó con tres sencillos adelanto (“Korea”, “Rufián” y “Quise”) que anticiparon la paleta sonora de este uruguayo nacido en Munro (Buenos Aires) hace 45 años.
Las entradas están a la venta en la boletería de Tribus (de 18 a 0) y a través del sistema Ticketway y sus puntos de venta (online y físicos). Anticipándose a la visita, El Litoral conversó con Brancciari ara conocer más sobre esta escapada creativa que promete continuidad en el tiempo.
Otro clima
-Estás presentando en gira “Cada segundo dura una eternidad”: lo hiciste en Montevideo a fin del año pasado, y lo hiciste en Buenos Aires el mes pasado. ¿Cómo estás llevando esta movida en paralelo a No Te Va Gustar?
-Es agotador, pero estoy muy contento, porque son dos mundos distintos: es para mí un desafío volver a tocar en lugares chicos, con otro repertorio, con otros compañeros. Las experiencias fueron súper lindas: me divertí mucho, lo disfruté un montón, la gente se fue contenta. Así que realmente estoy en un momento de felicidad, porque estoy feliz con los dos proyectos que no se pisan, que no se superponen; parte todo desde un lugar sano, así que estoy súper feliz
-Hay una recepción interesante de estas nuevas canciones.
-Sí: la gente se lleva un show diferente a lo que es con la banda, porque es algo súper mucho más íntimo: no se necesita del pogo y de la adrenalina, sino que pasa por otro lado. La gente está recibiendo las canciones de la mejor manera y eso me encanta.
Sin restricciones
-¿Cómo surgió la necesidad de componer un repertorio por afuera de una banda de la cual también sos el compositor?
-Se dio sin querer, en realidad. Fue porque terminamos de grabar el disco “Luz”, con No Te Va Gustar, en plena pandemia; y todavía nos quedaba un año sin poder tocar en vivo: no se podía en las condiciones que nosotros queríamos.
Entonces seguí componiendo con el envión con el que venía, y grabando maquetas y demos en mi casa; pero ya sin la necesidad de componer para la banda, porque estábamos con el disco recién grabado. Seguí componiendo, pero esta vez sin pensar en que tenían que tocar esas canciones mis compañeros: entonces se me abrió como otro portal, y ahí salieron canciones más introspectivas, más autorreferenciales, con otro ropaje, en los demos que yo estaba grabando.
Y cuando llegué a un puñado de canciones decidí que estaba bueno grabarlo; obviamente lo consulté con mis compañeros, porque mi proyecto principal sigue siendo la banda, y por respeto lo consulté con ellos; y me dieron para adelante. Así se dio, no fue algo que yo tuviera pensado desde hacía tiempo.
-Pero como decís en “Korea”, los gustos te los das en vida.
Reflexiones
-Comentaste que “Fe en lo que yo quiera” es un poco el manifiesto del disco. Ahí decís: “Este es el camino / Que alguna vez soñaba encontrar / Aparece de costado / Sin querer”. ¿Ese camino es esta senda creativa, o hace alusión a una mirada nueva sobre la vida?
-Tiene que ver con eso, pero también es más general: el estar tranquilo, con la conciencia súper limpia, tratando de no preocuparme con lo que en lo que no tiene sentido, en lo que no puedo cambiar. Creo que la pandemia fue un momento para mucha gente de reflexión: para mí lo fue, al menos. De mirarme, de ver cómo estaba parado, dónde, qué era lo que no quería repetir, y lo que estaba haciendo bien. Entonces viene por ahí: viene más general, pero obviamente que este camino musical también tiene que ver con eso.
-También decís que ahora “todo pareciera encajar” y hablás de “el disfraz”. ¿El disfraz es un poco el personaje público para salir a la cancha?
-Y claro: no dejo de ser yo el que se sube al escenario, pero también no es solamente eso. Obviamente que te bajás y sos una persona absolutamente normal, con las mismas alegrías y carencias que tiene cualquier persona; pero hay que darse cuenta que uno es todo eso: también ese disfraz que se pone para salir a tocar.
De sur a norte
-Hablabas de que las canciones surgieron en la pandemia. ¿Cómo fue el salto de esta cosa de crear en tu casa, puertas adentro, a grabar el disco en Estados Unidos, con Héctor Castillo (que ya había trabajado con NTVG) en los estudios GB’s Juke Joint de Long Island (dedicados a la grabación analógicas), junto a sesionistas de nivel internacional?
-Fue súper divertido. Cuando le dije a Héctor que quería grabar un disco, él me dijo: “Vos quedaste tranquilo, yo te armo la banda acá; este vos vení nomás”. Y y así fue, con unos músicos del carajo; me fui con la carpetita con las letras, mis demos y nada más. Allá empezamos a tocar juntos y fue otra cosa: fue diferente, me encantó trabajar con esos monstruos.
Y sobre todo que se coparan con el material, porque estaban realmente compenetrados: incluso cuando ya habían terminado de grabar venían un par de días más, a ver cómo iba todo, contentos con las canciones. Eso me llenó de orgullo, porque esa gente ha tocado con músicos que admiro un montón, y ahora estaban tocando conmigo.
-Aparte cuando uno viene de tocar con compañeros de banda por ahí espera que el sesionista cumpla y no le pide más.
-Claro: daban más de lo que de lo que se le pedía.
-Decías que hay una búsqueda de sonar un poco más internacional. ¿Cómo se equilibra eso con seguir siendo uno en el fondo?
-Y bueno, la música es música. Yo escucho música de todo tipo desde hace muchísimo tiempo; y creo que el sonido internacional se lo dan los músicos que grabaron. Obviamente que ya en los discos de No Te Va Gustar algo de eso hay, porque Héctor tiene un montón de información, y nos ayuda a llegar a eso.
Pero creo que ahora también se suma gente que se ha criado de otra manera, en otro lugar, y escuchado otra música que nosotros. Entonces le da ese “choque estilístico”, si se puede: canciones escritas acá en el sur con gente que vive allá y que ha mamado de otra manera la música.
-¿Cómo fue bajar eso a la versión de gira, armando una nueva banda?
-Está divertido: a un par ya ya los conozco de toda la vida. Está el primer baterista de No Te Va Gustar (Pablo Abdala); el bajista (Enrique “Checo” Anselmi) también es compañero de secundaria, y hemos tocado infinidad de veces juntos. Después el resto es gente con la que no había tocado nunca, que me aporta cosas nuevas. Son dos chicas (Lucía Romero y Lula Isnardi), que quieras o no es otro tipo de energía, otra sensibilidad, y está buenísimo; y un guitarrista más joven (Gonzalo Vivas).
Entonces está bueno lo que nos aportamos entre todos; y que se formó un lindo grupo humano, nos divertimos mucho estando juntos: eso hasta que no se empieza a dar no lo sabés, es una corazonada y nada más. Pero por suerte elegí a la gente correcta, y arriba del escenario se nota.
La banda en vivo del proyecto EMI: Emiliano Brancciari rodeado por la banda de gira: Gonzalo Vivas (guitarra), Enrique “Checo” Anselmi (bajo), Pablo Abdala (batería), Lucía Romero (teclados y coros) y Lula Isnardi (guitarra y coros).Compatibilidad
-Ya se empiezan como a intercalar las giras. ¿Cómo se hace con los tiempos y las energías?
-Las energías trato de cuidarlas (risas). Después, por suerte el mánager de este proyecto es el mismo que el de la banda, que es Nico (Fervenza), mi amigo y mi socio en esto. Él es el que logra amalgamar los dos mundos y que no se superpongan; obviamente que la prioridad siempre la tiene la banda, pero en los huecos que quedan es cuando se arman estas pequeñas giras.
-¿Sentís que llegas con otra onda, renovado, cuando te volvés a juntar con la banda?
-Sí, claro. Son dos mundos que son diferentes y que están buenísimos los dos; entonces estoy extrañando continuamente (risas). Está buenísimo, porque cuando voy con este proyecto extraño la banda, y cuando voy con la banda extraño este proyecto, y voy disfrutando a la vez. Así que fue una linda decisión poder combinar los dos mundos; porque son diferentes y me encantan.
-Repasabas que el proyecto EMI nació en ese año sabático obligatorio de no poder tocar...
-Acá también, 2020 y 2021 fueron como un solo año largo. ¿Sentís que vino a quedarse? ¿Que va a haber más discos de este proyecto?
-Sí, porque me siento súper cómodo, así que voy a seguir componiendo para los dos proyectos. Y seguir divirtiéndome y, cuando pueda, girar. Es algo que llegó para quedarse, como decís vos.