Boris Johnson prohibirá el "fracking" en todo el Reino Unido
La medida ha sido criticada como electoralista, pero no ha dejado de sonar como una victoria a los oídos de los grupos medioambientales del Reino Unido.
Boris Johnson prohibirá el "fracking" en todo el Reino Unido
Sábado 2.11.2019
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Última actualización 20:41
El Gobierno de Boris Johnson se ha comprometido, a pocos días de que comience la campaña electoral, a prohibir de modo indefinido el fracking en todo el país, "hasta que no se aporten pruebas definitivas" de su seguridad. Esta técnica de extracción de gas del subsuelo mediante la inyección a presión de agua, arena o sustancias químicas se había convertido en la última década en la esperanza de los gobiernos conservadores de dotar al Reino Unido de mayor autonomía energética.
George Osborne, el ministro de Economía del Ejecutivo de David Cameron, llegó a asegurar que su propósito era convertirse en "líderes mundiales de la extracción de petróleo de esquisto". Y el propio Boris Johnson consideró que el potencial energético de esta práctica era una "respuesta a las plegarias de la nación". Cerca de 600 millones de euros se han invertido en lo que va de década en proyectos de investigación y prospección, a través de compañías como Cuadrilla, Centrica, Ineos, Total e Igas. Ya hay pozos exploratorios en localidades como Lancashire, Cheshire, North Yorkshire o Nottinghamshire. En todos los casos, los movimientos de la población local en contra de los proyectos habían adquirido mucha fortaleza. Los propios sondeos encargados por el Gobierno el pasado junio indicaban que solo un 15% de la ciudadanía respaldaba esta nueva técnica frente a un 35% que se oponía a ella.
El pasado agosto, un terremoto de magnitud 2.9 en la escala Richter provocado por el fracking sacudió los hogares de Blackpool. La Autoridad de Gas y Petróleo del Reino Unido (OGA, en sus siglas en inglés) concluyó, en un informe posterior, que "actualmente no era posible predecir con exactitud la probabilidad o magnitud de los terremotos asociados a las operaciones de fracking".
Presionado por las promesas de la oposición laborista, que había anunciado ya en su manifiesto electoral la prohibición total de esta práctica de extracción de gas, y por el rechazo popular, Boris Johnson ha anunciado por sorpresa, a través de su ministra de Energía, Andrea Leadsom, la suspensión indefinida del fracking. "Aunque reconocemos el enorme potencial de extracción de petróleo de esquisto en el Reino Unido, que ayudaría a perfilar un futuro libre del consumo de carbón, siempre he establecido con claridad que esta práctica debe llevarse a cabo de un modo seguro. Después de revisar la investigación llevada a cabo por la OGA respecto a la reciente actividad sísmica en Preston New Road (Lancashire), ha quedado claro que no podemos descartar impactos futuros inaceptables en la comunidad local", ha dicho Leadsom al anunciar la suspensión indefinida del fracking.
Se añade a las inquietudes científicas el potencial daño electoral que supone el hecho de que Rachel Wolf, del grupo de asesores de Johnson que ha contribuido a redactar su programa electoral hubiera trabajado en un grupo de presión favorable a Cuadrilla, una de las empresas afectadas por la medida. La oposición laborista ya había sacado los colores al Gobierno al señalar la presencia en el equipo de campaña del primer ministro de Wolf, que calificaron de "escándalo democrático".
Las organizaciones de defensa del medio ambiente han celebrado el giro en la política conservadora, a pesar de que las razones que lo hayan impulsado no hayan sido de pura conciencia ecologista. "Esta moratoria es una victoria espectacular para las comunidades locales y para nuestro medio ambiente. Durante diez años la gente de todo el país ha llevado a cabo una batalla de David y Goliat contra esta poderosa industria. Nos enorgullece haber formado parte de esa batalla", ha dicho Craig Bennete, el director de la asociación Friends of The Earth (Amigos de la Tierra).
El líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha denunciado la medida como un "lavado de cara" que responde únicamente a la presión electoral. "Creo que suena a que el fracking volverá a ser una realidad el 13 de diciembre [el 12 de diciembre están previstas las nuevas elecciones generales en el Reino Unido], si los conservadores acaban reteniendo el Gobierno", ha dicho Corbyn este sábado.