Degolló a un cuadripléjico para robarle un microondas que cambió por drogas
Un tribunal de juicio condenó a la pena máxima a un joven de 23 años, que demostró ser capaz de las peores acciones para conseguir "una bolsita de merca". Los fundamentos.
Degolló a un cuadripléjico para robarle un microondas que cambió por drogas
El cuerpo doblado, como caído sobre la silla de ruedas y un gran charco de sangre bajo sus pies inútiles será la última imagen que quede del franco-argentino Bernardo Charpentier. Tenía 52 años cuando fue asesinado a cuchilladas, entre la noche del 13 y la madrugada del 14 de mayo de 2018, en su casa de la ciudad de Reconquista.
Por el crimen acaba de ser juzgado Lucas Javier Aquino, un joven adicto de 23 años que, según se pudo demostrar durante el debate, cometió el hecho sólo para robarle $ 500, un teléfono celular que regaló a su novia y un horno microondas que cambió por "una bolsita de merca" a un distribuidor barrial.
El tribunal pluripersonal integrado por los jueces Gustavo Gon -presidente-, Norma Senn y Fernando Gazze, lo encontró culpable por los delitos de "homicidio agravado por alevosía y hurto, en concurso real entre sí", por lo que le impuso pena de prisión perpetua y lo declaró reincidente en un debate oral y público que se realizó en Reconquista, entre el 2 y el 9 de diciembre.
Unos 25 testigos convocados para el juicio dieron al tribunal los elementos necesarios para condenar a Aquino, que previamente había reconocido su responsabilidad en un juicio abreviado a 25 años de prisión, que debió ser anulado por errores formales. Luego hubo un segundo intento para juzgarlo por la misma vía, pero el acusado cambió de parecer y se rehusó a firmar, proclamando su inocencia. A fin de cuentas, la estrategia de Aquino no mejoró su situación, sino que obtuvo como castigo la máxima pena.
Salieron a robar
Según se pudo acreditar durante el debate, Aquino y un amigo de apellido García, salieron a robar la noche del domingo 13 de mayo de 2018 en la ciudad de Reconquista. Pero no fueron juntos, sino en direcciones opuestas y al reencontrarse, Aquino le confesó el crimen del discapacitado a su socio.
El fiscal Alejandro Rodríguez sostuvo durante su alegato de apertura que "además de quitarle la vida (Aquino) se apoderó de bienes (de Charpentier) que vendió y regalo". El acusador narró el modo en que el intruso franqueó la puerta de entrada de la vivienda de calle Primera Junta 2013, haciéndose pasar por uno de sus cuidadores y sin miramientos, fue hasta la cocina, tomó dos cuchillos y se abalanzó sobre el hombre postrado, a quien cubrió con una toalla, tal vez para no ver el rostro de espanto, desesperación e impotencia.
El médico forense contabilizó siete lesiones, de las cuales tres fueron de carácter mortal. Al parecer, "comenzó a hincarlo en la zona abdominal; para culminar su tarea homicida, cortándole el cuello", refleja el fallo. Después "tiró los cuchillos en un tarro de la basura" que estaba en la casa.
"Un adicto con antecedentes"
Más allá de las graves acusaciones, el abogado del Servicio Público de la Defensa (SPPDP), Orlando Toniolo, sostuvo que "se buscó un adicto con antecedentes" porque "se necesitaba un detenido rápido para calmar la opinión pública". Y agregó: "Charpentier merece justicia pero no a toda costa".
La defensa hizo mención a las "imprecisiones" de la investigación, considerando la evidencia presentada por la fiscalía como "conjeturas, y testimonios de baja calidad". Cuestionó el faltante del arma homicida en el juicio (fue presentada por foto) y dijo que "la testigo estrella, que tiene la fiscalía, registra más causas que el imputado", por lo que solicitó la absolución de Aquino.
Evelin F., la mujer que la defensa intentó desacreditar, fue un testimonio clave en la valoración del tribunal, dado que con posterioridad al hecho estuvo con Aquino y el otro sujeto de apellido García y escuchó que "entre bromas (el primero de ellos) dijo que había matado al discapacitado Bernardo", "que se hizo pasar por Sergio", su terapeuta.
El comentario también llegó a oídos del esposo de esta mujer, que se encontraba cocinando. El hombre es un ex convicto, que supo estar preso junto con Aquino en tiempos no muy lejanos, pero a pesar de ese vínculo tumbero "confirmó lo que había escuchado" su pareja.
"Una buena persona"
Más allá de sus vínculos con el mundo de la delincuencia, Evelin F. -la testigo clave- tomó la decisión de no quedarse callada y contar su historia, porque conocía a Charpentier, a quien definió como "una buena persona". Dijo ante el tribunal que lo contó porque Bernardo "no se lo merecía". También recordó que lo ayudaba a acostarse y que lo llegó a ver escribir con los nudillos de la mano en la computadora, lo que habla a las claras de la imposibilidad de ejercer cualquier defensa ante un ataque.
Libertad condicional
Lucas Aquino se encontraba cumpliendo una condena en libertad condicional cuando cometió el crimen de Charpentier. Había sido condenado el 11 de diciembre de 2017, a un año de prisión de efectivo cumplimiento, unificada con una condena anterior en tres años de prisión efectivos, con vencimiento el día 16 de marzo de 2020, según informes de reincidencia locales.
Indefenso
Bernardo Charpentier (52) "era una persona que tenía diagnóstico de tetraplegia post traumática (fractura), síndrome de sección medular nivel C5, presentando movilización parcial de miembros superiores, con abolición de la presión palmar en ambas manos, nula actividad de los músculos tricipitales, sensibilidad conservada hasta D4 aproximadamente, dependencia semi parcial para la alimentación, dependencia total para pasaje cama sillas de ruedas, dependencia para su higiene, lo que requería de cuidados y asistencia para las distintas actividades primordiales de la vida diaria, con dificultades para utilizar sus manos, no pudiendo ejercer ningún tipo de acto de defensa", detalló el tribunal.