La inminente llegada del verano y los días de calor extremo en la capital santafesina hacen que muchos de los habitantes de la ciudad migren a la zona de casas quintas de la costa para refrescarse. Pero no todas las propiedades cuentan con ese manantial que para chicos y grandes son las piletas. Mangueras, fuentones, palanganas y hasta la sombra de un buen árbol es bien recibida por quienes durante el resto del año pisan el duro cemento. Pero hay otros que, insaciables de frescura, incurren en prácticas reñidas con la moral y el deber, como en este caso, un vecino que se robó una pileta de fibra de vidrio y la instaló en el patio de su casa.
El hecho policial fue denunciado este martes, en horas de la siesta, por un hombre de 43 años que vende piletas de fibra sobre la ruta 1 a la altura del km 5,2. El damnificado relató ante los efectivos de la Comisaría de Distrito Nº 14 de Rincón, que ese mediodía constató el faltante de una de las piletas que tenía dentro de su predio.
La describió de color celeste, con venecitas de vidrio, con el detalle de que éstas se encontraban "numeradas". Además, aportó un dato crucial y tiene que ver con el empleo de un drone de su propiedad, el cual utilizó para tratar de ubicarla por la zona, creyendo que quien la sustrajo no pudo haber ido demasiado lejos.
Así comenzó a sobrevolar las casas de vivienda permanente y quintas de fines de semana con el único objetivo de recuperar lo que era de su propiedad, hasta que unos 400 metros hacia el lado del terraplén, encontró una obra donde estaban amurando la piscina.
Con los datos aportados por el denunciante los uniformados se dirigieron hasta el lugar, y allí entrevistaron a un hombre de unos 30 años que dijo ser el propietario, al que se le abrió una causa por el presunto delito de "encubrimiento", en estado de libertad. Además, por el caso fue informada la fiscal Rosana Peresín, quien se encuentra a cargo de la investigación.