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Lo dispuso la justicia entrerriana. Si bien los restos fueron hallados hace 4 años, hay nuevas herramientas tecnológicas para obtener mayores precisiones. La menor de 13 años desapareció de San Benito y nunca más se supo de ella. El caso nunca fue esclarecido.
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La Justicia de Entre Ríos ordenó realizar un nuevo examen de ADN para determinar si unos restos óseos hallados en la ciudad Concepción del Uruguay pertenecen a Fernanda Aguirre, la adolescente desaparecida hace hoy 12 años en la localidad de San Benito.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el hallazgo de estos restos ocurrió hace cuatro años, en dicha ciudad ubicada 300 kilómetros al este de la capital entrerriana, pero que la diligencia se dispuso en las últimas horas ya que ahora cuentan con nuevas herramientas tecnológicas para hacerla.
De acuerdo a los voceros, en un primer examen realizado sobre esos restos encontrados en una playa de Concepción del Uruguay los peritos no pudieron precisar si pertenecían o no al patrón genético de la familia Aguirre. Sin embargo, el cuerpo de odontólogos de la justicia entrerriana encontró algunas coincidencias antropológicas y morfológicas en las piezas dentarias, que podrían corresponderse con la edad que tenía Fernanda al momento del hecho y el tiempo transcurrido desde su desaparición.
Según las fuentes, ahora que se cuenta con una tecnología de última generación para confirmar o descartar si esos restos pertenecen a la víctima, el juez Gustavo Maldonado ordenó realizar el nuevo examen de ADN.
Fernanda Aguirre (13) fue secuestrada el 25 de julio de 2004, alrededor de las 16, cuando caminaba hacia su casa desde el puesto venta de flores que la familia tiene frente al cementerio de San Benito.
El principal sospechoso del secuestro, Miguel Angel Lencina, fue detenido días después del hecho, ocurrido mientras gozaba de una salida laboral de la cárcel de Concepción del Uruguay, donde purgaba una pena por el asesinato de una mujer.
El 6 de agosto de ese año, pocos días después de ser detenido, Lencina apareció ahorcado en la celda de la comisaría 5ta. de Paraná, donde permanecía alojado.
La viuda del principal sospechoso, Mirta Chávez, fue condenada en 2007 a 17 años de cárcel, acusada de haber sido quien se comunicó telefónicamente con la familia Aguirre para pedir un rescate de 2.000 pesos.
Durante el juicio, la mujer aseguró desconocer qué había hecho su marido con la adolescente tras secuestrarla, lo que hasta hoy no pudieron determinar los investigadores policiales y judiciales.
En 2014, Chávez quedó en libertad condicional por la aplicación de la Ley 24.660, que prevé la reducción de la pena para quien curse estudios mientras se encuentra detenido.
Según explicó a Télam la jueza de Ejecución Cecilia Bértora, la condenada recibió una reducción de 20 meses a la pena de 17 años.
Por su parte, María Inés Cabrol, la madre de la víctima recorrió varias provincias y países en busca de su hija ante la posibilidad de que Fernanda haya sido víctima de una red de trata.
El 11 de mayo de 2010, la mujer murió a los 45 años, en una clínica de Buenos Aires a causa de una enfermedad terminal y sus restos fueron cremados en un cementerio privado de San Benito, donde residía con su familia. "En cada cara de chica que veo, busco a mi hija", dijo la mujer en su última declaración a la prensa.
Por su parte, la Sala I de la Cámara en lo Criminal de Paraná a cargo del juicio por el caso no dio por acreditado que la víctima haya sido derivada a su red de trata luego de ser secuestrada. En ese sentido, la Cámara indicó en su fallo que los peritajes realizados por Gendarmería Nacional y el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos demostraron que las notas y esquelas con pedidos de auxilio encontradas en distintos lugares del país no pertenecían a Fernanda
A pesar de la conclusión de la justicia, la abuela de Fernanda Aguirre, Dora Altembach de Cabrol, afirmó a Télam que su nieta "está viva" y que sus familiares nunca dejarán de buscarla. "A Fernanda la hicieron desaparecer, la secuestraron y se la llevaron y desde entonces no sabemos nada, no tenemos ninguna noticia", señaló Dora quien opinó que Lencina "no se suicidó" sino que "lo mataron para que no dijera nada" sobre el paradero de su nieta.