Gastón Neffen | gneffen@ellitoral.com | @gneffen
La línea amarilla no se respeta en frente del Centro Cívico. Invaden espacios verdes en el Parque del Sur. La situación se agrava cuando hay partidos de fútbol.
Gastón Neffen | gneffen@ellitoral.com | @gneffen
Algunos santafesinos tienen un problema con el estacionamiento. Dejan los autos parados en las ciclovías, invaden las plazas e inventan zonas de parking ridículas, como el triángulo que está en la intersección de Cruz Roja y 3 de Febrero. También tienen una relación contradictoria con la línea amarilla: a veces la respetan y otras hacen como si nadie la hubiera pintado, como sucede en avenida Presidente Illia, en frente del Centro Cívico.
Es un impulso anárquico, que comienza con el fastidio y el apuro por no encontrar un lugar donde estacionar, sigue con la sensación del “dale que va” —el efecto contagio al ver que muchos ya se mandaron— y a veces termina en multas masivas o en estacionamientos improvisados que se mantienen durante años.
La web de El Litoral inventó una sección —“Estacioná dónde quieras”— para encuadrar el flujo de fotos que llegan con autos estacionados en lugares absurdos: en las ochavas, en las veredas y hasta debajo de los puentes.
Esta semana, una recorrida de El Litoral por la zona del Parque del Sur, el Centro Cívico y la Casa de Gobierno detectó varios ejemplos. Quizás, uno de los que más sorprende es la zona de estacionamiento que se armó al lado del skate park del lago del Parque del Sur. El lunes había más de 20 autos estacionados ahí.
Debajo del puente de la circunvalación y en calle 3 de febrero, al lado de los silos del puerto, también había una fila de autos estacionados en el cantero, que está pintado con línea amarilla.
Los ejemplos se pueden encontrar en otros sectores de la ciudad. Ese mismo lunes, El Litoral detectó un auto estacionado al lado de la ciclovía que corre paralela a las vías del ferrocarril, en Vélez Sarsfield y Derqui.
El sábado pasado a la tarde, mientras Unión jugaba con Independiente, los autos estaban estacionados en las esquinas de avenida Freyre y sobre el cantero, como si estuviera permitido hacer cualquier cosa porque hay partido. Cuando juega Colón pasa exactamente lo mismo en avenida Juan José Paso y las calles cercanas a la cancha. Al combo hay que sumar las “tarifas” de los trapitos.
La visión del municipio
“Necesitamos un cambio cultural y comprender que los normas para estacionar se planifican para mejorar la convivencia entre todos los ciudadanos”, explicó Ramiro Dall’Aglio, secretario de Control del municipio, en una entrevista con El Litoral.
El funcionario insiste en que las líneas amarillas se pintan en lugares en los que es conflictivo estacionar y que las infracciones suelen generar trabas en la circulación de los flujos de tránsito, complicar el acceso a oficinas públicas y hasta generar problemas a las personas con movilidad reducida.
“El tránsito en Santa Fe se ha complejizado, con un crecimiento muy importante en el parque automotor. Hay que asumir que no se va a poder dejar el auto a pocos metros del lugar al que uno va y acostumbrarse a caminar cuatro o cinco cuadras para llegar”, planteó Dall’Aglio.
El secretario de Control también aseguró que en los últimos años se ha trabajado mucho desde el municipio para definir con claridad en qué lugares está permitido estacionar y en cuáles no. “Nadie puede decir que es confuso y también nos automentimos, cuando nos decimos lo dejo acá por cinco minutos, porque después no es así”, insistió.
El funcionario reconoció que las multas son un elemento disuasivo —de hecho, los controles de alcoholemia generaron conciencia y también los cinemómetros— pero lo ideal sería que los conductores respeten las normas para mejorar la convivencia y construir una ciudad más civilizada.