Brasil comenzará a probar en noviembre la posibilidad de tener una semana laboral de cuatro días, luego de tres meses de reuniones con empresas potencialmente interesadas.
El proyecto comenzará a fin de año con un grupo de empresas interesadas.
Brasil comenzará a probar en noviembre la posibilidad de tener una semana laboral de cuatro días, luego de tres meses de reuniones con empresas potencialmente interesadas.
El modelo -ya probado en Reino Unido, Estados Unidos, España, Australia y otros países- se pondrá en práctica a través de una alianza entre la consultora Reconnect Happiness y la organización 4 Day Week Global.
4 Day Week Global es una comunidad sin fines de lucro establecida por Andrew Barnes y Charlotte Lockhart para proporcionar una plataforma para personas que estén interesadas en apoyar la idea de la semana de cuatro días como parte del futuro del trabajo.
El proyecto argumenta que, con el "rediseño" de la semana laboral, es posible potenciar la calidad de vida de los empleados y, al mismo tiempo, aumentar la productividad de las empresas.
La preparación para su lanzamiento comenzará entre este mes y julio. Los responsables de la iniciativa se reunirán con las empresas para detallar el proyecto piloto, desde la metodología hasta los resultados esperados.
En agosto, se comienzan a registrar los potenciales participantes de la experiencia. Según Rivetti, la acogida de la iniciativa en Brasil ha sido positiva.
“Tuvimos una sorpresa súper positiva en Brasil. Existen varios mitos en el país sobre la exaltación del exceso de trabajo. Pero teníamos más de 300 empresas interesadas en este comienzo. Hay una gran aceptación por parte de las empresas, desde micro empresas hasta multinacionales con miles de empleados”, dijo Rivetti.
En noviembre se realizarán las encuestas cuantitativas para evaluar las métricas de las empresas involucradas, los resultados serán comparados con los números del experimento, durante y al final.
Recién en noviembre, comenzará la prueba piloto. Y después de tres meses se empiezan a recopilar datos sobre el desempeño del proyecto.
El proceso llega a su fin a los seis meses, cuando se vuelven a medir los números.
Rivetti explicó a un medio televisivo que la implementación del modelo va más allá de “eliminar los viernes”, se refiere a un rediseño de la jornada de los empleados.
“Es compromiso de los empleados mantener el 100% de la productividad, recibiendo el 100% del salario, pero en el 80% del tiempo”, explicó.