Este lunes, el palacio 'Iolani anunciaba que la filántropa Abigail Kinoiki Kekaulike Kawānanakoa falleció en su casa acompañada de su esposa, Verónica.
Murió la última princesa de Hawáii
Miércoles 14.12.2022
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Última actualización 18:40
Este lunes, el palacio 'Iolani de Hawáii anunciaba que Abigail Kinoiki Kekaulike Kawānanakoa, uno de los últimos miembros vivos de la dinastía real hawaiana, había fallecido a los 96 años. Conocida como princesa Abigail, solían referirse a ella como la última princesa hawaiana por su conexión ancestral con los últimos gobernantes de Hawái antes de la abolición de la monarquía en 1893. Según la revista People, falleció en paz el domingo por la noche en Nu’uanu al lado de su esposa, Veronica Gail Kawānanakoa.
Tras conocerse su muerte, el gobernador de Hawáii, Josh Green, ordenó que la bandera de Estados Unidos y la estatal ondearan a media asta. “Jaime y yo estamos profundamente sobrecogidos por la pérdida de la princesa Abigail Kinoiki Kekaulike Kawānanakoa”, afirmaba en un comunicado publicado en su página Facebook. “Abigail llevó el peso de su posición con dignidad y humildad, enriqueció las vidas de todos a los que se acercó y, como tantos otros Aliʻi [miembros de la realeza] que estuvieron antes que ella, ha dejado un legado para su pueblo a perpetuidad”.
Aunque los miembros de la familia de Abigail no tienen títulos oficiales, han desempeñado una función importante como terratenientes y políticos durante el último siglo y han sido acogidos como recuerdos vivos de la monarquía. Única hija de la princesa Lydia Kamaka’eha Liliu’okulani Kawānanakoa Morris y William Jeremiah Ellerbrock, Abigail nació el 23 de abril de 1926 en Honolulu. A los cinco años, fue adoptada por su abuela Abigail Campbell Kawānanakoa, una política y feminista pionera, para que pudiera convertirse en la heredera del patrimonio real. Estudió en la Punahou School, una escuela independiente de Honolulu en la que también estudió Barack Obama.
El bisabuelo de Abigail, James Campbell, era propietario de una plantación de azúcar y acumuló tierras por todo Hawái. Según Associated Press, Abigail heredó unos 215 millones de dólares del fideicomiso familiar. La revista People destacaba que se convirtió en una importante filántropa y que donó dinero para ayudar a restaurar el palacio 'Iolani, el hogar ancestral de la realeza hawaiana, y convertirlo en un museo abierto al público. Fue también fiel defensora de la recuperación de la lengua hawaiana, apoyó la concesión de becas de estudios y pagaba los gastos médicos de personas necesitadas. Era conocida por sus dotes como amazona y criadora de caballos. En una ocasión, ganó 1 millón de dólares en la carrera All-American Futurity celebrada en Ruidoso, Nuevo Mexico.
Se casó con Veronica –su compañera de toda la vida y secretaria privada– en 2017, poco después de sufrir un derrame cerebral. En 2020, un juez dictaminó su incapacidad para gestionar su fortuna y sentenció que sus bienes estaban siendo “malgastados y dilapidados de forma inapropiada”.