Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
La mayor parte de los ataques se concretó en barrio Pompeya. Ya suman 40 los vehículos siniestrados en 2016.
Danilo Chiapello
dchiapello@ellitoral.com
La furia de los quemacoches parece no tener fin.
Para ello basta mencionar que sólo en las últimas 24 horas, cinco vehículos fueron incendiados en distintos puntos de la ciudad.
Con los hechos ocurridos recientemente ya suman 40 los rodados afectados en 2016. A esta cifra se le deben anexar los 163 coches quemados el año pasado, lo que da un total general de 203.
Los números asustan, pero lo más grave del asunto es que pese al tiempo transcurrido no hay pistas ciertas sobre el o los autores de estos atentados.
Fuego en la noche
* La última secuencia se inició en la madrugada de la víspera en barrio Pompeya.
Cerca de las 3 un Peugeot 504 que se encontraba estacionado en la puerta de un taller mecánico, en Urquiza y Larrea, ardió en llamas.
Su propietario dijo que el coche era utilizado para sacar repuestos y en su interior se encontró un pequeño recipiente con el que se supone dieron inicio al siniestro.
* También ayer a la mañana se supo del robo de un automóvil que culminó con el incendio del rodado.
Mariano Bueno, de 25 años fue quien se acercó hasta la seccional y denunció la sustracción de un Renault 9, desde pasaje Zapata Gollán al 8100.
De inmediato, se iniciaron los trabajos del búsqueda los que terminaron un rato después cuando dicho vehículo fue hallado incendiado en callejón El Sable y San José. Los daños fueron totales.
* Esta madrugada, alrededor de las 2, otro automóvil fue destruido en Santa Rosa de Lima. Se trató de un Fiat 128, el que estaba estacionado en pasaje Donnet y Padre Quiroga. Voceros del lugar indicaron que este vehículo había sido abandonado en el lugar hace bastante tiempo. El rodado carecía de vidrios, motos, y neumáticos. El peritaje en principio calificó al suceso como intencional.
* Por último, en barrio Pompeya esta madrugada ardieron otros dos coches. Se trató de un Ford Taunus y un Fiat Regatta, que estaban en Ayacucho al 2900.
El propietario de las unidades es Zoilo José Acosta (61) quien se dedica a la venta de repuestos usados. Consultado al respecto manifestó que “se encontraba durmiendo cuando escuchó las explosiones”. Al salir vio ambos rodados en llamas con afectaciones totales.
En diálogo con este diario el nombrado reveló que estos atentados no fueron los únicos que sufrió. “Ya el día sábado me quemaron un Renault 12 que estaba estacionado en la puerta”.