Vecinos de la ciudad se congregaron el sábado para recordar la peor tragedia ocurrida en abril de 2003. Aquella vez el río Salado ingresó por una brecha inconclusa de la defensa oeste e inundó un tercio de los barrios santafesinos. El acto central fue en la Plaza de Mayo.
Vecinos de la ciudad de Santa Fe recordaron este sábado 29 de abril la peor tragedia que sufrieron, ocurrida en 2003, cuando una crecida extraordinaria del río Salado ingresó por una brecha de defensa oeste inconclusa e inundó un tercio del ejido urbano, dejando como saldo 27 víctimas fatales, más de 107 muertes por causas colaterales y unos 150 mil evacuados, además de incontables pérdidas materiales. El acto recordatorio se realizó en la Plaza de Mayo, con música, pancartas y discursos.
El saldo inicial de la inundación fue 23 muertes por causas directas. Carlos Carpes, Angel Gramajo, Amalia Oliva, Dora Benítez, Julia Peirano, Juan Castillo, María Chamorro, Priscila Andino, Diego Galván, Leticia Pedulla, Roque Zanutigh, Juan Balbuena, Omar Paolín, José Navarro, Roberto De Piano, Ricardo Puchol, Eden Campos, Hugo Galateo, Uriel Castillo, Domingo Cabral, Benigno Kratky, Delia Monzón y Juan Martínez. Casi 6 meses después, el Gobierno reconoció que hubo cuatro muertes más. Agregó a Jairo Maldonado, Rubén Gazziano, Lucía Bovino y Marino Pivato. La cifra oficial trepó a 27 víctimas fatales. La Asamblea de Derechos Humanos denunció que durante los meses posteriores hubo además 107 muertes por causas colaterales, como enfermedades y afecciones psíquicas.
“Con el paso del Salado por los barrios del oeste de la ciudad perdimos todos: los recuerdos, los electrodomésticos, los muebles, las fotos, todo”, resumió Guillermo Ifrán, uno de los inundados que subió al escenario para hacer uso del micrófono abierto.
Antes fue el turno de Claudia Albornoz, miembro de la Carpa Negra, y de Ana Castro, quien interpretó tres canciones (Zona de promesas, de Gustavo Ceratti; Ojos de río, de Ricardo Mollo; y
Tu nombre y el mío, de Lisandro Aristimuño) y leyó un poema cuyo título es “Yo no me quiero morir” y dice: “Yo vi morir una casa y otra casa y otra casa / y allí estaba mi casa / Yo vi morir autos, calles, barrios, luces / vi morir la panadería, el kiosco y la escuela / Yo vi morir en el fuego los colchones, los muebles y la ropa / Vi morir mi perro que flotó durante días en el comedor / Yo vi morir dibujos, documentos, títulos, cuadros y libros / Vi morir los juguetes de mis hermanos, las paredes dibujadas por ellos, vi morir cumpleaños / Yo vi morir la espera, los recuerdos y las únicas fotos de mi infancia / Yo vi morir la noche en los sonidos de las balas y los helicópteros, vi morir la esperanza de los que vivieron durante meses sobre los techos / Yo vi morir cubiertos, manteles, lavarropas, televisores, radios, heladeras, cocinas, espejos y sillas, mesas y sillones, almohadas, útiles, mochilas, en cada pila de basura que habitaron las calles Yo vi morir el pasado, la infancia de los pibes, las muertes no anunciadas / Vi morir nombres y apellidos, árboles y flores / Vi morir filas de gente buscando gente, filas de colchones apilados, filas de paquetes de velas y linternas / La luz de esos días me sobrevive en imágenes / La luz de una foto ilumina la memoria y vibra / Los muertos serán siempre eso, oscuridad y luz / Y yo, yo no me quiero morir”.
Más tarde fue el turno del padre de Ana, Jorge Castro, quien fue actor civil en la causa judicial por la inundación de Santa Fe. Habló de la lucha mantenida durante estos últimos 20 años, “pese a que muchos compañeros quedaron en el camino”, dijo. Y también habló de la impunidad que sienten los inundados, quienes no se cansan de reclamar justicia.
Cabe recordar que luego de casi 16 años la Justicia provincial condenó a tres años de prisión de ejecución condicional al ex ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, Edgardo Berli, y al ex- director provincial de Obras Hidráulicas, Ricardo Fratti. El tercer imputado, el ex intendente de Santa Fe, Marcelo Álvarez, falleció antes de la ratificación del fallo judicial. Pese al reclamo de un gran sector de la sociedad, el ex gobernador, Carlos Reutemann, nunca fue involucrado judicialmente en la causa.
Memoria
Desde 2021, una Ley provincial recuerda el 29 de abril de 2003 como el "Día de la Memoria y la Solidaridad de la Inundación de Santa Fe y alrededores". La norma establece que ese día se dicten clases alusivas como parte del calendario escolar y que sea una jornada de acción de limpieza, cuidado y preservación de los anillos de defensa de la ciudad.
La plaza. Es el punto de encuentro de todas las luchas. Crédito: Mauricio Garín
El acto continuó con emotivas palabras leídas por una niña de 9 años, Lila Lepratti, hija de Celeste y sobrina de Claudio “Pocho” Lepratti, dos reconocidos militantes que lucharon por justicia tras el recordado diciembre trágico de 2001. También habló Laura. Y más tarde también habló otro inundado, José González. Cada intervención recibió el calor de los aplausos de los presentes.
Distintas actividades
Las actividades conmemorativas habían comenzado el viernes, con la instalación de la Carpa Negra, símbolo de los inundados, en la Plaza de Mayo. Ese día por la tarde se presentó el libro "Río Salado 2003", de la Editorial Legüera Cartonera, con una ronda de lecturas en la Plaza. Luego se hizo una Radio Abierta en conjunto con Radio en la Mira, bajo la temática "Salud Mental e Inundaciones", organizada por LaZitoLema y el movimiento NuestraAmerica. Y para continuar la reflexión sobre los territorios y la prevención de desastres naturales, se realizó una vigilia a partir de las 20 horas.
El sábado por la mañana se instaló la muestra fotográfica "El Revelar de las Ollas", de La Poderosa. Hubo actividades con vecinos y murgas en la plaza.
Por la tarde, desde las 16, se concentraron los vecinos en la Plaza del Soldado para marchar luego hacia la Plaza de Mayo. El acto central se llevó a cabo desde las 17 horas, con un micrófono abierto, para recordar a las víctimas y reflexionar sobre lo sucedido. Además, hubo música en vivo.
Salud mental
Para la referente Claudia Albornoz, a 20 años de la inundación en Santa Fe, “se actualiza el dolor y la falta de políticas públicas, especialmente en salud mental”, dijo. “La lucha por la inclusión de psicólogos en los centros de salud en el oeste de la ciudad se logró después de la carpa que se plantó en la Plaza de Mayo”. La carpa es un símbolo de dignidad y solidaridad, que también funcionó como refugio y comida para las personas afectadas por la inundación. Recordar el 29 de abril de 2003 es “una oportunidad para demostrar la humanidad que aprendieron las personas y exigir a los gobernantes que también lo hagan”, asegura.