El presidente sube la tensión ante las protestas en su contra
Bielorrusia: "Ni muerto entrego el país"
Bielorrusia: "Ni muerto entrego el país"
Lunes 17.8.2020
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Última actualización 6:03
El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, afirmó que "ni muerto" permitirá la entrega del país, en una jornada en que su Gobierno sufrió la mayor protesta contra los resultados oficiales de las elecciones realizadas el domingo pasado, que derivaron en un clima de violencia y tensión política.
"Hemos construido un bello país, con sus dificultades y desperfectos. ¿A quién quieren entregárselo. Si alguien quiere entregar el país, ni muerto lo permitiré", dijo el mandatario, citado por la agencia Belta bielorrusa, desde una tribuna instalada en la plaza de la Independencia de Minsk.
En un mitin previo a las protestas, organizado por la ONG oficialista Bielaya Rus, afirmó que "hay carros de combate y aviones desplegados a 15 minutos de las fronteras" del país e insistió que las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se encuentran "a las puertas" de entrar al país.
"Ustedes han venido para defender, por primera vez en un cuarto de siglo, su nación, sus familias, sus hermanas, sus esposas e hijos", añadió en lo que fue el primer acto a favor del presidente desde que comenzaron las protestas, tras las elecciones del domingo pasado.
Lukashenko, que se encuentra al frente del país desde 1994, rechazó repetir los comicios y señaló que el fin de su Gobierno tendría consecuencias nefastas: "Si echan a perder al presidente, será el principio del fin".
Horas más tarde, miles de personas marcharon en Minsk para rechazar el resultado de la votación que, según cifras oficiales, dio a Lukashenko un sexto mandato consecutivo tras obtener el 80 por ciento de los sufragios, contra el 10 por ciento que cosechó la opositora Svetlana Tijanovskaya, actualmente refugiada en Lituania.
Vestidos mayoritariamente de blanco, el color de la oposición, los manifestantes también protestaron contra la violencia policial que desde el domingo pasado dejó al menos dos muertos, casi 300 heridos y cerca de 7.000 detenidos. Los ciudadanos puestos en libertad denunciaron haber sido sometidos a torturas y golpizas en los centros de detención.