China proyecta abrirse al mundo de la mano de su pasaporte sanitario
China proyecta abrirse al mundo de la mano de su pasaporte sanitario
Lunes 28.6.2021
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Última actualización 14:44
China fue el primer país del mundo en aplicar medidas de confinamiento a su población y también el primero en anunciar la puesta en circulación de un pasaporte sanitario digital, con el objetivo de reactivar los viajes internacionales y la economía mundial, y continuar con el control del coronavirus.
Con la propagación de la variante Delta de la Covid-19, una de las principales preocupaciones de los funcionarios chinos que intentan establecer un calendario político y social posible, Beijing planea mantener sus restricciones fronterizas vigentes al menos otro año más.
El cronograma provisional de la segunda mitad de 2022 se estableció durante una reunión del gabinete a mediados de mayo. Por lo pronto, continúa la suspensión de entrada de ciudadanos extranjeros sin permiso de residencia.
Cuando la pandemia de la Covid-19 explotó, la primera medida, además de bloquear las salidas e ingresos al país, fue generalizar el uso del "código sanitario", una clave QR personal que permite al Gobierno hacer seguimiento de desplazamientos, identificar casos de coronavirus y contactos estrechos, y aislar a los enfermos.
Ahora, con la propagación del virus bajo control, el gigante asiático de más de 1.400 millones de habitantes se enfoca en el control de viajeros con un pasaporte sanitario digital que alberga información sobre las dosis que adquirió su propietario y los resultados de los testeos a los que haya sido sometido.
Al igual que el "código sanitario", no es obligatorio y está encriptado en un QR alojado en la popular plataforma Wechat -una aplicación que reúne servicios de mensajería instantánea, red social, búsqueda y pago online- y su información será accesible para las autoridades cuando sea necesario.
Asimismo, se estima que también habrá una versión en papel.
El lanzamiento de este pasaporte sanitario digital, en principio destinado solo a ciudadanos chinos, deja entrever la posibilidad a mediano plazo de ampliarlo a los extranjeros y de un levantamiento parcial de las restricciones de viaje para entrar o salir del país.
Desde marzo de 2020, China solo autoriza el ingreso a su territorio de nativos o nacionalizados y de un número limitado de extranjeros, entre diplomáticos, empresarios y personas con permisos de residencia y de trabajo. Al llegar, todos ellos deben cumplir una cuarentena de al menos 14 días.
El pasaporte no elimina esta medida de aislamiento, por lo que cada persona que llegue al país deberá registrarse para realizar el confinamiento correspondiente en un hotel designado por el Gobierno.
Por el momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores solo anticipó que se estudia una "facilitación de visas" a ciudadanos extranjeros inoculados con vacunas fabricadas en China. Pero, en caso de concretarse, igualmente deberán presentar los resultados del testeo PCR como de anticuerpos, advirtió el vocero de la cartera, Zhao Lijian.
"La pandemia todavía está con nosotros, pero la economía mundial necesita empezar de nuevo y los encuentros entre personas deben reanudarse sin mayor dilación", resumió Lijian, en marzo pasado, en el marco del anuncio del pasaporte.
Si China alivia las restricciones, es probable que los primeros viajes se realicen entre el continente y Hong Kong y Macao, las dos regiones administrativas con cierta autonomía que limitan con la provincia de Guangdong, en el sur de China.
Probablemente, los países que reconocen las vacunas chinas tengan prioridad en la reapertura y luego se relajen los requisitos para naciones con altas tasas de vacunación y que hayan controlado el número de infecciones, pronosticó una fuente gubernamental al diario The Wall Street Journal.