Durante la ceremonia de incorporación al Salón de la Fama del Rock and Roll, el rapero estadounidense habló de su adicción que casi le cuesta la vida.
El rapero estadounidense admitió que casi muere por la ingesta excesiva de metadona e insistió en que la música “le salvó la vida”.
Durante la ceremonia de incorporación al Salón de la Fama del Rock and Roll, el rapero estadounidense habló de su adicción que casi le cuesta la vida.
En su propio discurso de aceptación, Eminem comentó: “Probablemente se supone que no debo estar aquí esta noche por un par de razones. Uno de ellos es que soy rapero, y este es el Salón de la Fama del Rock and Roll. Y solo unos pocos de nosotros en este momento ya hemos sido admitidos. En segundo lugar, casi muero por una sobredosis en 2007, lo cual apesta”.
En septiembre, reveló que “tardó mucho tiempo” en que su cerebro volviera a funcionar después de aquella sobredosis de metadona de diciembre de 2007.
Mientras hablaba sobre su adicción confesó que encontraba “las drogas jodidamente deliciosas”, lo que hacía casi imposible dejarlas. “Me doy cuenta del honor que es ahora mismo estar aquí esta noche, y el privilegio que es hacer la música que amo”, sostuvo.
“Realmente tuve que abrirme camino para tratar de avanzar en esta música, y estoy muy honrado y estoy muy agradecido de poder estar aquí arriba haciendo música hip-hop porque lo amo tanto”, concluyó.
El rapero estaba luchando contra una adicción a los medicamentos recetados cuando fue hospitalizado en diciembre de 2007 después de una sobredosis de metadona antes de ir a rehabilitación. Anteriormente admitió que sus adicciones a Vicodin, Valium, Ambien y metadona comenzaron mientras filmaba la película autobiográfica de 2002 “8 Mile”.
En una entrevista con Vulture en 2017, ya había admitido que la música que creó mientras era adicto y en recuperación no era la mejor. “Encore (el álbum antes de su sobredosis) fue mediocre, y con Relapse, fue lo mejor que pude hacer en ese momento”, dijo.
“Estaba tan atolondrado que la gente que me rodeaba pensó que podría haberme causado daño cerebral. Estuve en esta extraña niebla durante meses. ‘Como, literalmente, no tenía sentido; había pasado tanto tiempo desde que había hecho voces sin una tonelada de Valium y Vicodin. Casi tuve que volver a aprender a rapear”.