Iota se disipó este miércoles sobre El Salvador tras dejar al menos 28 muertos, poblados inundados y daños a la infraestructura vial en su paso como huracán y luego tormenta tropical en Centroamérica, ya devastada por el ciclón Eta hace dos semanas.
Iota se disipó este miércoles sobre El Salvador tras dejar al menos 28 muertos, poblados inundados y daños a la infraestructura vial en su paso como huracán y luego tormenta tropical en Centroamérica, ya devastada por el ciclón Eta hace dos semanas.
Las autoridades de Nicaragua contabilizaban la muerte de 12 personas -dos más que en su balance anterior-, entre ellos siete niños, por un derrumbe en un macizo en el departamento norteño de Matagalpa e inundaciones en el norte y sureste del país, según la agencia AFP.
Honduras, por su parte, cerró el día con seis muertos, luego de que socorristas hallaran el cuerpo de una mujer de 77 años fallecida en un derrumbe en el oeste del país.
Con esos decesos subió a 28 el número de muertos por el ciclón, 18 de ellos en Nicaragua, seis en Honduras, dos en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina; uno en Panamá y otro en El Salvador.
Desde que tocó tierra el lunes en el Caribe Norte de Nicaragua como huracán categoría 5 -la máxima en la escala Saffir-Simpson-, Iota, el segundo ciclón del mes después de Eta, inundó viviendas y extensas regiones de cultivos, derribó árboles, dejó incomunicados decenas de poblados y provocó daños en carreteras.
Tras degradarse a tormenta tropical sus "remanentes de humedad asociados" se ubican a 35 kilómetros al oeste-noroeste de San Salvador, informó el ministerio del Ambiente de ese país.
En San Salvador, aunque el peligro de las lluvias se mantiene, la comisionada presidencial Carolina Recinos destacó que el "trabajo de prevención", con evacuaciones oportunas, evitó que el país sufriera más víctimas.
En zonas de alto riesgo fueron evacuadas 880 personas a 230 albergues distribuidos en todo El Salvador.
Persistían este miércoles las lluvias en la región norte de Nicaragua, donde su principal ciudad, Bilwi, empezaba a evaluar los daños causados por Iota.
Las consecuencias de los ciclones
"Saliendo de Eta para caer en Iota. Lo que había dejado en pie Eta, vino este huracán y terminó de rematar", lamentó el secretario político del gobierno del Caribe Norte de Nicaragua, Yamil Zapata, señalando que el ciclón terminó de derribar gran parte de la infraestructura en esa ciudad de más de 40.000 habitantes.
Zapata aseguró que hay abundantes daños en viviendas que quedaron sin techo, en los servicios de electricidad y agua, mientras que el muelle de Bilwi fue totalmente destruido.
Bilwi seguía el miércoles sin electricidad, pero desde el martes logró restablecer la telefonía celular.
Sus habitantes comenzaron a limpiar los escombros y a tratar de restituir con lo que pudieran los techos de sus viviendas, mientras que las calles de la ciudad están siendo despejadas de escombros.
En Honduras, Iota causó inundaciones, pero los presagios de muerte y mayor destrucción no se cumplieron, con precipitaciones menores a las previstas luego de que el ojo de la tormenta cruzó velozmente por el sur del país.
Tegucigalpa se salvó de mayores lluvias, pero el crecimiento de los ríos causó pánico en los cinturones de miseria de la capital de un millón de habitantes, donde policías y militares desalojaron a decenas de miles de personas de los cerros.
Las principales inundaciones se observaban en las ciudades norteñas de La Lima, El Progreso y otras comunidades del productivo valle de Sula, en las proximidades de San Pedro Sula, la segunda ciudad del país, ya castigada por Eta.
Las fuertes lluvias también impactaron Guatemala con el desborde ríos y la caída de árboles en carreteras, entre otros incidentes, sin causar víctimas, según las autoridades.
"Iota y Eta forman parte del golpe del cambio climático a Centroamérica que en pocos días han dejado luto y destrucción", dijo a AFP el coordinador de la ONG Unidad Ecológica Salvadoreña, Mauricio Sermeño.
La OEA llamó hoy a las instituciones financieras y de desarrollo a brindar acceso rápido a recursos para los países afectados por las dos tormentas para labores humanitarias y de reconstrucción, dos días después de que los presidentes de Honduras, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica clamaran por ayuda internacional ante la devastación causada por los huracanes.
Con un poco más de 520.000 km2 y 50 millones de habitantes Centroamérica es blanco de los huracanes que se forman en el Caribe, pero también vulnerable a la erupción de una treintena de volcanes activos y a constantes terremotos por formar parte del Cinturón de Fuego del océano Pacífico.
Con información de Télam.