Los otros “presos políticos”: más de 700 militares murieron en cautiverio
El dato es informado por la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de Argentina. Denuncian que no reciben atención médica, además de no haber sido sentenciados con el debido proceso. Hay más de 96 mayores de 70 años en Penales sin condiciones.
Los otros “presos políticos”: más de 700 militares murieron en cautiverio
“Hay personas que están con más de 15 años con prisión preventiva y sin condena firme, cuando podrían ser dos o máximo tres” reprocha la entrevistada cuando se le manifiesta la consternación del Presidente Alberto Fernández ante el estado de prisión preventiva de Milagro Sala, un símbolo de la entremezcla política judicial de la actualidad. Pero Cecilia Pando pone en agenda, junto a miles de argentinos que integran la asociación que presiden y tantas otras junto a vecinos que adhieren, a aquellos que llevan mucho tiempo más encarcelados y sin siquiera un fallo en contra con sentencia firme. En esa línea, es contundente: “Para los corruptos, como Milagro Sala, todo; para los militares que combatieron al terrorismo, nada”.
“Si hoy les pasa eso a ellos, mañana nos puede pasar tranquilamente a nosotros” indica la titular de AFAPPA. Se refiere a los militares que “están ilegalmente detenidos porque se violan sus garantías constitucionales - se viola sistemáticamente el Art. 18 de la Constitución Nacional - y se incumple la irretroactividad de la Ley Penal, porque se los está juzgando por delitos de lesa humanidad inexistentes en el momento de cometer los hechos. Sabemos que no se puede cumplir una Ley hacia atrás, ni a las Juntas se las juzgó por delitos de lesa humanidad” agrega.
Sobre la estructura judicial para procesar a los uniformados que participaron del proceso de reorganización nacional, Pando asegura que “todo lo malo, todo lo sucedido por parte de los militares y de los terroristas ya está prescripto, pero la izquierda quiso vengarse y con Néstor Kirchner comenzaron a armar un andamiaje jurídico para llevar a los militares al banquillo”. Por eso también vislumbra que “hay una justicia para los delincuentes, otra para los corruptos y otra para los militares que combatieron contra el terrorismo”. Para la activista no hay dudas sobre la finalidad del poder político sobre esta “clase” de detenidos: “los están condenando a una pena de muerte encubierta, por goteo”.
Referido a los casos de militares que están tras las rejas, Pando relata que “el más joven que conozco está detenido en Salta, un Cabo de la Fuerza Aérea Argentina, que tiene tiene 63 años. Ahora justamente lleva más de dos semanas en huelga de hambre porque cuatro veces le rechazaron la prisión domiciliaria”. Como él, centenares “sufren violaciones a los DDHH todos los días. La mayoría son mayores de 70 años y no tendrían que estar en una cárcel común, donde ni siquiera tienen atención médica. Si se descomponen no tienen móviles para trasladarlos a un hospital cercano. Se mueren de frío, están en condiciones inhumanas” reclama. Si se trata de edades, hay que destacar que - hasta mayo de este año – se reportaban presos políticos vinculados a los combates de la década de 1970 cuyas edades van de 63 a 98, siendo 96 los detenidos en Penales con más de 70 años. No es menor destacar un dato que, en contraste, descalabra la razón: la edad promedio de los presos “comunes” es de 35 años, menos de la mitad que la edad promedio de los “detenidos por lesa”.
Desde la de Familiares y Amigos de Presos Políticos de Argentina “se los asesora legalmente con abogados de la asociación y estamos pendientes de ir a ver a los jueces cuando se violan las prisiones preventivas o no se dan las domiciliarias. Queremos que se cumpla con la legalidad” comenta su presidente. Ella tenía 9 años cuando las Fuerzas Armadas se hicieron cargo de la administración pública nacional. “No viví esa parte de nuestra historia” reconoce, pero aclara que actualmente la “mueve la injusticia, no poder estar viviendo en un Estado de Derecho sino que se cumple la Ley para algunos y para otros no de acuerdo al interés político de turno”. En el mismo sentido, AFAPPA “nació hace 20 años cuando empezaron a meter presos a los militares y a llamar a declarar a los policías y civiles que combatieron al terrorismo”.
“Ellos dicen que fueron a defender a la Patria del terrorismo marxista que se quería imponer en nuestro país a punta de pistola” retransmite la persona que recorre cárceles desde hace años casi a diario. También cuenta que “son conscientes de que muchas cosas se hicieron mal, pero ninguna guerra es limpia y si el tiempo volvería atrás, volverían a defender a la Patria”. Para Cecilia Pando, mientras “son más de 700 los muertos en cautiverio y la mayoría sin condena firme”, es muy difícil que algunos de los detenidos vuelvan a ver la libertad antes de morir. Por el contrario, acepta haber tenido “un poco de esperanzas con la llegada de Macri al Poder, pero él continuó con la misma política del kirchnerismo, si bien sabía las diversas violaciones a los DDHH que sufren”. Una luz de esperanza, al menos a largo plazo y en la revisión histórica, puede ver al indicar que “a través de las redes sociales, los jóvenes tienen más información y se están interesando en estos casos de gente ilegalmente detenida. Es un tema que nos tiene que competer a todos los argentinos porque le puede pasar a cualquiera: te arman una causa y te meten preso”.
Cecilia Pando responde a quienes la acusan de defender genocidas: “siempre aclaro que no es así. Defiendo la constitución nacional y estoy en contra de la dictadura militar. Yo estoy velando por la dignidad de la persona humana, donde se le están pisoteando todas sus garantías constitucionales. Ellos tienen derecho a un juicio justo y que todo el proceso se lleve adelante ajustado a la Ley” dice y menciona que “no se hace porque es políticamente incorrecto defenderlos”. En esa lucha, acepta que “Tuve miedo, pero era tan grande mi indignación que seguí adelante” y denuncia que “Tenía agentes de la SIDE en la puerta de mi casa y me amenazaban, en frente de mis hijos chiquitos”. Sin embargo, la mujer cuyo marido tuvo que dejar las filas del Ejército Argentino prematuramente por su forma de pensar (el Mayor Retirado Pedro Mercado) promete que “lo volvería a hacer, por nuestro país y por el futuro que le espera a los que vengan. Quiero que haya igualdad ante la Ley”.