Martes 29.9.2020
/Última actualización 7:04
El oficialista Partido Nacional (PN) se vio beneficiado con los resultados de las elecciones departamentales del pasado domingo en Uruguay, las que le permitieron arrebatarle tres gobernaciones al opositor Frente Amplio (FA). Este último, sin embargo, dentro del difícil momento por el que atraviesa luego de la derrota en las presidenciales del año pasado, encontró el consuelo de mostrarse invencible en los dos principales territorios del país: Montevideo y Canelones, que nuclean al 60% de la población del país.
Las elecciones para nominar a 19 intendentes (gobernadores) que el vecino país celebró en medio de estrictas medidas de seguridad, para evitar contagios de coronavirus, confirmaron las previsiones acerca de que el oficialismo, en especial el presidente Luis Lacalle Pou, tenían mucho más para ganar que para perder. En aquellos departamentos donde los "blancos" se jugaban el cargo nada hacía pensar que pudieran perder, como finalmente ocurrió.
En cambio, en tres de las seis gobernaciones hasta ahora a cargo de la alianza de centroizquierda el poder cambió de manos: Rocha, Paysandú y Río Negro. El FA ganó por apenas cuatro puntos porcentuales en Salto, pero arrasó en Canelones, donde su candidato Yamandú Orsi se hizo del 50.2% de los votos y 35 puntos porcentuales de diferencia con el segundo. En Montevideo, histórico bastión del conglomerado de partidos de centroizquierda, Carolina Cosse fue electa gobernadora con el 50,7% frente a 39,3% de la candidata del oficialismo, Laura Raffo.
Antes de las elecciones, distintos especialistas y politólogos coincidían en que para el FA el compromiso era complicado, y si bien los resultados muestran que perdió tres gobernaciones, en las filas opositoras existía un cierto clima de optimismo, por haber revalidado sus títulos en los territorios más amplios y con mayor cantidad de habitantes.
El politógo Adolfo Garcé destacó que Montevideo y Canelones albergan al 60%de la población del país, a la vez que Salto es uno de los distritos más ricos del interior, de manera que es innegable que el FA mantiene su poder en el territorio y las grandes urbes uruguayas. En ese sentido, la propia Cosse hizo un rápido balance de la jornada electoral: "Hubiera sido bueno conservar otras intendencias, pero valoro muy positivo el resultado de Montevideo, el de Canelones y el de Salto también. Tendremos que seguir caminando y haciendo política con la gente, con un Frente Amplio activo y horizontal".
En la trinchera frenteamplista también se ponía el foco en otros datos que dejó la elección con vista al futuro. Como en Uruguay rige la Ley de Lemas, Cosse (20,7%) se erigió triunfadora reuniendo también los votos de Álvaro Villar (18,3%) y Daniel Martínez (11,7%), con lo cual la ganadora y el neurocirujano Villar (de 58 y 57 años, respectivamente) y Orsi (53), el amplio ganador en Canelones, pasaron a convertirse en las principales figuras del recambio generacional que afronta el FA, liderado durante décadas por Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori.
El encuestador Eduarto Bottinelli explicó que otro dato que mejoró un poco el humor en la oposición es que, en el nivel de votación total en el país, el FA salió un poco mejor que en las elecciones nacionales de 2019 y la coalición de centroderecha un poco por debajo. Sin embargo, aclaró, igualmente el resultado en términos de cantidad de intendencias fue favorable al PN. En el oficialismo, se celebró el triunfo en tres nuevos departamentos, como Paysandú, Rocha y Río Negro, porque en los dos primeros, con intendentes frenteamplistas, se lograron victorias de entre 15 y 20 puntos.