Será en una cancha en la que, generalmente, se masticó el amargo sabor de la derrota. O a lo sumo un empate, porque Colón nunca le ganó a Arsenal, en Primera División, jugando el equipo de los Grondona en su cancha del Viaducto.
Pero como en todos los años, lo que no se le puede quitar al pueblo sabalero es la ilusión de pelear arriba y, por qué no pensarlo, de soñar con que al final de las 19 fechas el equipo esté disfrutando de algo que jamás se consiguió en 106 años de vida.
Para eso se reforzó Colón, con cinco jugadores que llegaron para apuntalar un sector que había planteado muchas dificultades en el torneo pasado, como fue el defensivo. La llegada de Barraza (está habilitado y jugará), Lima (lo hará en la medida en que llegue el transfer), Pellegrino, Fosgt y Urribarri son un índice elocuente del balance que se hizo en Colón después de la floja campaña del torneo pasado, donde luego de Huracán se constituyó en el equipo más flojo a la hora de mantener el cero en su arco, aún contando con la presencia de dos jugadores con pasado mundialista como Pozo y Garcé.
Después, la llegada de Tomás Costa al mediocampo, más el aporte que le darán Chevantón y Leandro González para jugar del medio hacia arriba a una presencia también bastante solitaria del Bichi Fuertes, permiten suponer que el diagnóstico fue el correcto.
De todos, hay cinco que están en condiciones de jugar. Son ellos Barraza, Costa, Urribarri, Fosgt y Leandro González. En el caso de Maximiliano Pellegrino, se quedó en Santa Fe para seguir adelante con su puesta a punto en lo físico y futbolístico, mientras que Chevantón y Lima viajaron a Buenos Aires. Si Lima es habilitado, será de la partida y jugará como titular. En cambio, el uruguayo tiene alguna pequeña chance de ir al banco, pero lo más concreto es que se lo preserve —esto siempre que llegue el transfer— para que pueda ser de la partida en el encuentro ante All Boys, donde Colón contará con más de diez días de preparación porque el partido está pautado para el miércoles 17 del corriente mes.
El planteo de Sciacqua será el 4-4-2, con la dupla Prediger-Ledesma en la mitad de la cancha, más la presencia de Moreno y por un lado y de Costa por el otro, que son los que tendrán la obligación de generar juego para que Higuaín y Fuertes comanden el ataque.
El tema a resolver, por parte de Sciacqua, es el que se presentará cuando tenga todo el plantel a disposición. Es decir, cuando vuelva Luque de Colombia, cuando estén en condiciones Garcé y Pellegrino y cuando pueda contar con Chevantón. Se presume que los cuatro están en condiciones de ser titulares en este equipo, razón por la cual alguno se quedará afuera tal como acontece hoy con Leandro González, a quien Sciacqua probó de volante por derecha y también de delantero en los partidos amistosos que se jugaron en la etapa previa y que no dejaron una buena impresión a la hora del balance futbolístico.
De todos modos, la hora de la verdad es cuando la pelota empieza a rodar por los puntos. Y esto será mañana y ante un rival siempre complicado, bien armado, que sabe llevar el trámite de un partido hacia el terreno que más lo favorece y que tiene dos delanteros que son temibles (Leguizamón y Obolo). A Colón nunca le fue bien en esa cancha. Salvo en alguna ocasión, como aquella vez con Basile, en donde estuvo cerca de llevarse los tres puntos. Pero lo cierto es que la cancha de Arsenal es una “materia pendiente” para el equipo sabalero. Y sería muy bueno arrancar el torneo con un buen resultado y ante un rival que siempre es difícil para cualquiera.