Domingo 17.4.2022
/Última actualización 11:57
La duda era un secreto a voces, y ahora pareciera quedar despejada. Según una nota del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), se afirma que el error máximo de permitido de un alcoholímetro es de 0,041 gramos de alcohol por litro de sangre (g/l sangre) y que, por lo tanto, "no es aconsejable establecer como límite legal 0,00 g/l sangre". Tal afirmación echa por tierra la posibilidad de que en un control de alcoholemia, éste de cero. "La tolerancia recomendada, por las características técnicas de los equipos en uso en el país, es de 0,05 g/l sangre", dice el INTI.
Esa nota -firmada por el Ing. Leandro García, director del área de Metrología Legal del instituto, remitida en marzo de 2021 al Dr. Osvaldo Aymo, subsecretario de la Agencia Provincial de Seguridad Vial, APSV- se fundamenta en resoluciones nacionales vigentes sobre los medidores de concentración de alcohol en aire exhalado (etilómetros, o alcoholímetros), que son instrumentos de medición reglamentados por la Ley de Metrología N°19511/1972, y dos resoluciones de la Secretaría de Comercio Interior, N°145 /2012 y N.º 91/2015, las cuales establecen los requisitos técnicos y metrológicos que deben satisfacer los etilómetros que se encuentren en servicio.
Gentileza D.RSegún supo El Litoral, hay coincidencias entre especialistas de Santa Fe en que la alcoholemia cero es "inviable"; no se puede detectar por un mero aspecto técnico: los aparatos de medición de alcohol en sangre por exhalación de aire (alcoholímetros o etilómetros; no confundir con los alómetros) no son indubitables: es decir, no son perfectos, tienen un margen de error -como casi todos los aparatos tecnológicos creados por el hombre-, e incluso hay factores ambientales (temperaturas extremas) que pueden alterar su funcionamiento, y arrojar un resultado erróneo.
Pero claro: nadie en su sano juicio podría estar de acuerdo con que se pueda manejar bajo los efectos del alcohol. Cualquier bebida alcohólica disminuye los reflejos, altera la percepción de las distancias, aumenta la sensibilidad a la luz y reduce el campo visual, entre otros efectos que pueden provocar accidentes. "El riesgo de sufrir un siniestro mortal es 17 veces mayor para una persona que conduce bajo los efectos del alcohol que para una persona sobria", sostiene la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS). El alcohol al volante es la gran "pandemia" de las rutas argentinas, y se cobra miles de vidas por año.
Opinión de un especialista
El Litoral consultó sobre esta cuestión a Osvaldo Aymo, quien además de estar al frente de la APSV es experto en la temática de la accidentología vial. "Si el objetivo es bajar el número heridos y de muertos en accidentes de tránsito (por la ingesta de alcohol), decir alcoholemia cero no sirve. ¿Por qué? Ninguno de los países más avanzados del mundo tiene alcoholemia cero. ¿Acaso puede pensarse que si a la gente le decimos 'cero', va a dejar de tomar alcohol antes de conducir? El que toma no debe conducir y el que conduce no debe tomar: así de simple", dice, y cita la importancia de los controles de alcoholemia y de las campañas de concientización vial.
Archivo Osvaldo Aymo (APSV), especialista en seguridad vial, dio su opinión sobre el tema.Osvaldo Aymo (APSV), especialista en seguridad vial, dio su opinión sobre el tema. Foto: Archivo
El otro punto que refrenda ese margen de error de los alcoholímetros marcado por el INTI es que cualquiera de estos aparatos toma y analiza el aire espirado del conductor. Pero para que sea 100% efectiva una prueba de alcoholemia, debiera realizarse un control de extracción de sangre (ver Relacionada). Entonces, con los alcoholímetros el nivel de alcohol en aire espirado representa una "equivalencia" sobre tal o cual cantidad de gramos de alcohol por litro de sangre tiene una persona que se somete a la prueba. "Por eso, el INTI dice que no se puede asegurar la certeza de una medición cero en un test", explica Aymo.
Calibración y factores ambientales
Además, a los alcoholímetros hay que calibrarlos y homologarlos desde laboratorio. "La ley vigente establece que estos aparatos deben calibrarse cada seis meses. Un laboratorio tiene condiciones estables de humedad, temperatura, presión atmosférica… Pero en el ambiente exterior, es distinto", precisa Aymo, y cuenta una anécdota que confirma la dubitabilidad de los aparatos de medición alcoholimétrica.
"En enero, con 40 grados de temperatura, tuvimos un alcoholímetro Dräguer (en la provincia se utilizan éstos, de origen alemán, y los de marca Zaphir) que nos indicaba: 'Imposible de funcionar'. Era por la temperatura. Quiero decir que hay factores ambientales que pueden alterar el funcionamiento de los aparatos", asevera.
Otro caso insólito. En un barbijo al que se le roció alcohol en spray (mucha gente lo sigue haciendo, como medida preventiva contra el Covid), el aparato dio una dispersión de 0,3 g/l sangre. "A ver: si vos vas manejando un coche, no tomaste nada de alcohol, ni una gota, pero rociaste tu barbijo con alcohol diluido en agua, te agarra un control de alcoholemia, ese test va a dar positivo", aclara el especialista.
Gentileza D.RPor todo lo explicado, las pruebas indican que es imposible que un alcoholímetro dé "cero": las características técnicas de los aparatos y sus pipetas tienen un margen de error, incluso por la variabilidad de factores ambientales. El debate legislativo en la ciudad capital (que tiene una ordenanza de alcoholemia cero, al igual que otras localidades) vuelve a quedar abierto.
En el país, Santa Fe y Rosario
En 1995, el Congreso de la Nación sancionó la Ley de Tránsito N° 24.449, la cual establece en su artículo 48, inciso a: "Queda prohibido conducir con impedimentos físicos o psíquicos (…); conducir cualquier tipo de vehículos con una alcoholemia superior a 500 miligramos por litro de sangre (0,5 g/l sangre). Para quienes conduzcan motocicletas o ciclomotores queda prohibido hacerlo con una alcoholemia superior a 200 miligramos por litro de sangre (0,2 g/l sangre). Para vehículos destinados al transporte de pasajeros de menores y de carga, queda prohibido hacerlo cualquiera sea la concentración por litro de sangre".
En la ciudad capital rige la ordenanza N° 12.643, sancionada 1° de agosto de 2019, de "alcoholemia cero". Esta norma modificó un articulado del Reglamento de Tránsito, y estableció que se entenderá que una persona se encuentra en estado de intoxicación alcohólica "cuando la medición alcoholimétrica detecte presencia de alcohol en sangre, cualquiera sea su concentración por litro. Si resulta positiva esa medición (sin importar los valores que arroje), se considerará como alcoholemia peligrosa y se actuará conforme normativa vigente".
En Rosario, algo muy similar: el 8 de abril de 2021, el Legislativo de esa ciudad del sur provincial sancionó, a voto dividido, una ordenanza que fijó "ninguna tolerancia" de alcohol al volante, es decir, alcoholemia cero. De esa forma, Rosario "se suma a las ciudades de Santa Fe, Reconquista y Pueblo Esther (entre otras), en lo que muchos ediles calificaron como 'el fin de las especulaciones con el alcohol al volante'", dice la crónica de El Litoral de ese entonces.
El diputado nacional del PJ Roberto Mirabella (Santa Fe) ingresó un proyecto de ley modificatorio del actual artículo 48 de la Ley Nacional de Tránsito, en el que solicita que el límite sea de 0,2 gramos de alcohol por litro de sangre (g/l sangre) para todos: conductores particulares de autos, de motovehículos y profesionales (transportistas, por ejemplo).
Un interesante informe del Instituto de Derecho Vial y Transporte del Colegio de Abogados de Rosario plantea algunos puntos a considerar. Sugiere que hay una "dicotomía legal" sobre el tema de la alcoholemia cero. "Según su propia definición, se habla de medición del alcohol en sangre: entiéndase, no alcohol ni en aliento ni en orina, que se denomina alcoholuria.".
"Las provincias, así como los municipios, lo que han hecho -a nuestro criterio erróneamente-, dentro de un marco de irregularidad y recurriendo a la analogía, es controlar mediante la prueba de alcohol en aliento (se alude en el informe a los alcoholímetros). Sostenemos que esta prueba deficiente, ineficiente, equívoca, sin fehaciencia e irregular (...) es ineficiente y resulta nula cuando una prueba de sangre desbarata sus resultados, por los errores que expresa las mediciones".
En este punto, recuerda el Instituto rosarino que el único método científico para probar si una persona conductora bebió y cuánto es "un análisis de sangre a través del método del cromatógrafo gaseoso. Es la única prueba fehaciente que existe y que hasta ahora cumpliría con la Ley Nacional".
Añade el informe: "El alcohol cero no sirve para evitar los accidentes de tránsito (…). Sí, concluimos que sirven los controles cuando están realizados conforme la ley, pero no sólo los fines de semana, sino todos los días y a toda hora. Sin duda alguna, se requiere de una educación vial eficiente y efectiva, si se quieren reducir los siniestros, que debe tener su inicio desde el jardín de infantes, Para ello se precisa de un concienzudo análisis de profesionales especializados en seguridad vial, que propongan medidas de concientización verdaderamente efectivas; no reducidas sólo a una multa, a la retención del vehículo y la licencia, sino a medidas que contemplen todas las variables que confluyen en los accidentes de tránsito".