Osvaldo Mazo, Rubén Rossi y Jorge Pellegrini jugaron en Colón; Miguel Ángel Lemme, Abelardo Osmar Carabelli, Víctor Hugo Arroyo y Norberto D’Angelo lo hicieron en Unión. Sin dudas, de los cuatro nombrados, el “Chaqueño” Mazo (aunque nació en Salta) fue el que más raíces echó en el fútbol de nuestra ciudad, ya que vistió la camiseta rojinegra durante casi cinco años (1975-1979). En cambio los otros tres lo hicieron solamente un año: Pellegrini y Lemme en 1980, y D’Angelo en 1983.
Pero la particularidad entre ellos está dada en que el cuarteto integró el plantel de Loma Negra de Olavarría, club que participó con gran suceso en su debut en el Campeonato Nacional de 1981. Todo gracias a la dueña de la empresa de cemento que le dio el nombre a la entidad, Amalia Lacroze de Fortabat, titular de la fábrica de cemento Loma Negra.
Todo nació hace casi 90 años. En 1929 la empresa cementera creó un pequeño equipo de fútbol con el fin de que los empleados de la misma practicaran un deporte en grupo y se divirtieran en los tiempos libres en la Liga de Olavarría. Pero recién a principios de los 80 Lacroze comenzó a contratar a futbolistas reconocidos y a incrementar la infraestructura y organización del club. Con jugadores como Carlos Squeo (Racing), Ricardo Lazbal (River), Jorge Vázquez (Atlanta), Osvaldo Gutiérrez (Vélez) y Mario Husillos (Boca), rápidamente ascendió del viejo torneo Regional al también viejo Torneo Nacional de Primera División.
Para participar por primera vez en el “fútbol grande”, “Amalita” contrató a más jugadores con experiencia en la máxima categoría: Osvaldo Cristofanelli, Osvaldo Rinaldi, Félix Orte y Pedro Magallanes fueron algunos; pero además al elenco dirigido por Rogelio Domínguez llegaron Osvaldo Mazo, Jorge Pellegrini, Miguel Lemme y Norberto D’Angelo. A estos cuatro futbolistas los une una ciudad, ya que los dos primeros jugaron en Colón y los otros dos en Unión, aunque mientras Pellegrini y Lemme coincidieron en por lo menos un año en Santa Fe (1980), Mazo vistió la rojinegra hasta 1979 y D’Angelo vistió la rojibanca en 1983.
Después, en 1983, Loma Negra volvió a jugar el Nacional de la mano de Roberto Marcos Saporiti formando otro gran equipo. Squeo, Luis Galván (venía de jugar dos mundiales y ser campeón en el 78), Orte y la Pepona Reinaldi eran algunas de las figuras. En ese plantel estaban Rubén Rossi —santafesino surgido en Colón, campeón del mundo juvenil—, Abelardo Carabelli (marcador de punta que jugó en Unión) y Víctor Hugo Arroyo, un wing derecho que había llegado a Unión en la segunda mitad de los 70 y tuvo una destacada actuación integrando la delantera con Giachello, el Turco Alí, el tucumano Paz, Luque y Lattuada, entre otros.
Armando Husillos, la figura del plantel, recuerda: “Nos tocó debutar nada menos que contra el Ferro de Griguol, que venía de ser subcampeón y era un gran equipo. Yo era el capitán y antes del partido vino ‘Amalita’ a preguntarme qué premio habíamos arreglado. Cuando le dije la cifra, dijo que no, que de ninguna manera. Si ganábamos, teníamos el triple y un mexicano de oro para cada uno. Tuve la suerte de hacer el gol con el que ganamos 1-0 y el ‘Negro’ Lemme, que había llegado desde Tigre y era un personaje divertido, me preguntó si de verdad iban a pagar eso. Por supuesto que al día siguiente cobramos sin inconvenientes. En ese aspecto, era increíble el respeto y el orden”.
La gran incógnita era saber cómo iba a responder Loma Negra en las grandes ligas. Y estuvo sobradamente a la altura, en una zona compleja, donde no sólo estaba Ferro, sino también el nuevo River dirigido por Alfredo Di Stéfano con sus recientes incorporaciones de fuste, como Mario Kempes, Américo Gallego y Julio Olarticoechea, que se sumaron a la constelación de estrellas que disfrutaba el plantel de Núñez. Finalmente, obtuvo el puesto tercero por detrás de Ferro y River y por encima de Talleres de Córdoba.
El cuadro de Olavarría estuvo desde el inicio en los primeros puestos del grupo, con buenos rendimientos y un destacable invicto en la primera rueda. Llegó a la última fecha un punto por sobre River y el sueño de la clasificación se escapó por poco. Hizo la misma campaña que los “Millonarios”, con 7 victorias, 5 empates y apenas 2 derrotas, pero la diferencia de gol (14 contra 5) los postergó.
Al año siguiente Loma Negra volvió a competir en el torneo Regional, y al mantener a casi todo el plantel nuevamente consiguió la clasificación para el Nacional de 1983. Además, con la llegada de las caras nuevas como José Luis Gaitán, Luis Galván y la “Pepona” Reinaldi, a las riendas del equipo la tomó Roberto Marcos Saporiti, dando un salto de calidad en cuanto a la dirección técnica, ya que el nuevo DT del excelente equipo de Talleres de fines de los 70, había sido colaborador de César Menotti en la selección campeona del Mundo en 1978; y un año más tarde daría la vuelta olímpica como DT de Argentinos Juniors.
Unidos por dos ciudades: Santa Fe y Olavarría
En Loma Negra Negra compartieron dos ex jugadores de Colón (Osvaldo Mazo y Jorge Pellegrini, autor de dos goles en un clásico) y un ex Unión (Miguel Ángel Lemme). Fue en 1981, ya que al año siguiente Lemme fue a La Plata a jugar a Estudiantes (no obstante los tres jugaron el amistoso que Loma Negra le ganó a la Unión Soviética en abril de 1982). Mazo jugó un año más, y Pellegrini se quedó hasta la mitad de 1983, compartiendo equipo durante seis meses con otro ex Unión Norberto D’Angelo, que llegó a Loma Negra para jugar ese año, además de Arroyo, Rossi y Carabelli.
De todos, quienes tienen más trayectoria en el fútbol santafesino son el “Chaqueño” Mazo (en realidad era salteño), que vistió la casaca de Colón desde 1974 hasta 1979, lapso en el cual jugó 125 partidos y convirtió 24 goles. Luego Osvaldo Diosnel se fue a Independiente (63 cotejos, 12 goles), donde jugó al lado de “monstruos” como Bochini, Bertoni, Olguín, Clausen, Alzamendi, Giusti; y los ex Colón, Villaverde, Trossero y Zimmemann. El otro es Víctor Hugo Arroyo, el delantero tatengue, que jugó 146 partidos y marcó 25 goles.
El otro ex rojinegro es Pellegrini, quien si bien sólo jugó 27 cotejos, quedó grabado en el corazón de los sabaleros al marcarle dos goles a Nery Pumpido en un clásico, en septiembre de 1980, cuando en el Cementerio de los Elefantes Colón venció 2 a 1 a Unión en el Torneo Nacional. El zaguero central tiene el honor de haber jugado (y ganado) la final de la Copa Libertadores de América en 1985 con Argentinos Juniors, venciendo a América de Cali (Colombia).
Por el lado de los ex tatengues, al margen de Arroyo, indudablemente Miguel Ángel Lemme es el más recordado, no tanto por su paso por la avenida, ya que jugó sólo 12 partidos con la rojiblanca, sino por su posterior exitosa trayectoria profesional, teniendo en cuenta que tras jugar en Loma Negra, se trasladó a La Plata para jugar en Estudiantes durante un año (1982), pero luego fue transferido a Argentinos Juniors, formando parte de aquel plantel dirigido por el “Piojo” Yudica que fue campeón del Metropolitano 1984, del Nacional 1985, campeón de la Copa Libertadores 1985, sub campeón de la Copa Intercontinental al perder la final por penales ante la Juventus de Italia, y campeón de la Copa Interamericana 1986.
Continuando con el otro ex Unión, Norberto D’Angelo era un marcador central que jugó sólo cuatro encuentros en el Tate, en 1983, pero ha tenido un gran recorrido por varios equipos, iniciando su carrera en Lanús, y defendiendo los colores de Racing, Banfield y Boca, entre otros; además de lograr el ascenso a Primera División con Deportivo Español en 1984.